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viernes, 5 de agosto de 2011

AFTT 2011, etapa 4: Vercors


Salgo de Die al amanecer, preparado para las amenzas de lluvia que se vaticinan. De momento, la mañana se presenta bastante despejada aunque ventosa. El Col de Marignac, primer puerto de la etapa, sevirá para poner el cuerpo a tono.



Cambiamos el color violeta de las lavandas por el amarillo de los girasoles.



Carretera secundaria que serpentea para alcanzar el Col de Marignac.



Finalmente, la zona de herraduras desembocará en el cartel del puerto.



Atravesando el corazón de la Serre de la Croix, desciendo este puerto hasta St-Julien-en-Quint.



Negociando curvas en el segundo puerto, el Col de la Croix.



Cielo despejado con algunas nubes de viento en estas primeras horas matinales.



En la cima del Col de la Croix, este cartel ya me sirve para la foto.



10 kilómetros de descenso siguiendo este arroyo hasta llegar a Beaufort-sur-Gervanne.



Llegando al pueblo de Beaufort-sur-Gervanne, en el centro del valle de la Gervanne.



Salgo del pueblo y empieza el largo ascenso al Col de Bacchus.



Ascendiendo, siempre dentro del Parc Naturel Regional du Vercors.



Llegando a Plan-de-Baix, estos acantilados nos dan una preciosa postal.



La carretera ahora se vuelve rectilinea para coronar el Col de Bacchus.



Coronamos, siempre a la sombra de la Montagne du Vellan.



Viene un corto e incómodo descenso hasta Leoncel, con fuerte viento de cara.



En Leoncel, encuentro un albergue donde me sablan por las cocacolas. Pero son necesarias, el azucar es energía rápida.



Salgo de Leoncel para, de inmediato, empezar a subir el Col de la Bataille. Su abadía me contempla, cisterciense y que alberga un jardín de plantas medicinales.



Puerto que mayormente subiré entre sombras, pasando por dentro del precioso Foret de Leoncel.



Estupendo bosque que hace más llevaderas las duras rampas.



Pronto tengo unas buenas vistas de este Parque Natural de Vercors.



Corono el puerto en este pequeño túnel...



... y me deleito con estas vistas majestuosas.



Cortísimo descenso para retomar la subida al Pas de Logue.



Pero antes, una fuente estratégica donde saciar la sed y lavarse un poco la cara.



Desde el Pas de Logue, tenemos grandes vistas de todo el valle.



Luego me equivoco de carretera y bajaré hasta el valle por el Col du Tunnel du Pionnier. Éste es el túnel en cuestión.



Una bajada larguísima hasta St-Jean-en-Royans.



Previamente, pasaré por pueblecitos como Bouvante-le-Bas.



Las pintadas en la carretera nos recuerdan que estamos en el departamento de La Drome.



Llego a St-Jean-en-Royans, situado en el corazón de una zona rural donde la cultura del nogal y la fabricación de madera ocupan un lugar importante.



Voy haciendo camino acercándome a Pont-en-Royans, donde iniciaré el asenso al Col de la Marteliere.



St-Laurent-en-Royans, otro pueblo de postal.



Verdes y azules dan gran contraste a esta zona.



Llego a Pont-en-Royans, un pueblo espectacular construido sobre el rio Bourne, a la salida de las Gorges de la Bourne, un desfiladero que a continuación voy a atravesar.



Me esperan muchos kilómetros remontando el rio Bourne, esto promete!



Una preciosidad de carretera, los mejores momentos de esta etapa sin ninguna duda.



El pueblo de Choranche, donde hay unas cuevas subterraneas con estalactitas de más de 3 metros.



Sigo por este desfiladero tan espectacular.



El Circo de Bournillon, con una cascada en el centro, es punto de parada obligada para todo el que transita por aquí.



La carreterita se estrecha!





Sensación de serenidad la que nos ofrece este agua tan limpia y tranquila.



En La-Balme-de-Rencurel abandono el rio y se inicia, con total brusquedad, el Col de la Marteliere.



Primeros kilómetros durísimos, hasta alcanzar la carretera general.



Bonitas vistas de Rencurel y, muy cerca, Villard-de-Lans.



Una vez en la general, la subida se suaviza, siempre flanqueado por la Crête de Chalimont.



Coronando el Col de la Marteliere, en una tarde que de momento se aguanta muy bien.



En St-Julien-en-Vercors es hora de repostar de agua.



Leve bajada para ir a iniciar el Col de Proncel.



El pequeño pueblo de Les-Baraques-en-Vercors homenajea a sus caidos en la guerra francesa de prinipios de siglo.



Zona fácil de ascenso, lo más duro del puerto vendrá al final.



La Chapelle-en-Vercors es el pueblo más grande de todos los de esta zona.



Poco antes de coronar Proncel, empieza la llovizna que, intermitentemente, me acompañará hasta el final de etapa.



Llego a Vassieux-en-Vercors. En julio de 1944, legionarios de los paises del este junto con los nazis torturaron y sacrificaron a todos los habitantes del bando de la resistencia de este pueblo. Como homenaje, se construyó esta Necrópolis de la Resistencia. También hay un museo sobre este tema.



Bajo una impertinente lluvia, voy subiendo el Col de Rousset, otro puerto alpino de los destacados.



Tarde desoladora la que ha quedado.



Este puerto también termina en túnel, aunque éste es más largo, de casi 1 kilómetro.



Desde arriba, vistas espectaculares de la vertiente más famosa de Rousset, la que yo bajaré, la que va a Die.



Carretera idonea para los moteros, que me voy a encontrar a patadas a pesar del tiempo.



A base de herraduras remonta la ladera de la montaña. Los Rochers de Chironne le dan el remate visual.



A poco de empezar a bajar deja de llover y se vuelve a ver el cielo. Miro hacia arriba y veo la cima del puerto.



Continúo el descenso, deberé llegar a lo más profundo de todo lo que veo. Aun me queda bastante! La carretera mojada hace que quede todo enguarrado.



Paso por Chamaloc y vuelvo a encontrarme con mis viejos amigos campos de lavanda.



Ya desde abajo, llegando a Die, aun puedo ver la mole que es la Montagne de Neve, justo de donde yo acabo de bajar.



Una vez en Die, bajo una ligerísima lluvia, recojo la bici y sin cambiarme emprendo viaje. Es el enlace entre etapas más largo, siempre dirección norte.

Paso por un area de descanso de una carretera general que tiene aseos, por lo que paro y ahí me doy una buena ducha con la esponja.

Una vez bien limpio y ya más cómodamente vestido, sigo el viaje hasta llegar al punto de inicio de la siguiente etapa, Chapareillan. Allí hay un párking público también con aseos, por lo que aparco cerca de ellos, justo delante de la biblioteca del pueblo, y me dispongo a cenar. Se hace de noche cuando termino y me preparo para acostarme.

Mañana, me espera el puerto más duro de todo el Tour, y uno de los más duros de Francia: el Mont du Chat, con sus 10 últimos kilómetros al 10% de pendiente media. Que no me pase nada!


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