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domingo, 7 de agosto de 2011

AFTT 2011, etapa 6: Lac du Bourget / Lac d'Annecy


5.30 : me despierta el despertador. Llueve. Perfecto, ya tengo excusa para seguir durmiendo, hoy toca descanso.

7.00 : me despierto. Se oyen algunas gotas caer sobre el coche. Voy a seguir durmiendo.

8.00 : ya no puedo dormir más, llevo más de 10 horas y el cuerpo ya no pide más cama. Pienso en que tengo todo el dia por delante, sin nada que hacer y en un pueblecillo donde no hay nada que visitar... que angustia!

Sigo dando vueltas dentro del saco.. ¿qué hago? En un arrebato, y aunque ya han pasado varias horas del momento que tenía planeado empezar esta dura etapa, decido salir. Tendré que apretar algo más de la cuenta para no terminar demasiado tarde, pero la idea de pasarme el dia en el coche viendo llover me horroriza. Además, el tiempo es tan cambiante aquí que igual luego hace bueno.

Por tanto, me como unas napolitanas, me visto de ciclista, chubasquero encima y cuando casi son las 9 de la mañana, me pongo en marcha.

Empiezo subiendo el Col de Leschaux, paso previo al coloso, a la Cret de Chatillon. La carretera mojada pero apenas chispea un poco. Ojalá que aguantara así toda la etapa, ya me conformaría!



Una subida muy agradable y abierta que nos permite siempre disfrutar de buenas vistas.



Siguiendo la Montagne du Semnoz en todo momento, la recorreré de cabo a rabo.



Llego al Col de Leschaux, en el pueblo del mismo nombre pero, en vez de bajar a Annecy y al lago, me desvio para ir a subir la Cret de Chatillon, el puerto más alto de la etapa de hoy.



Ya empiezo a ver picos de más de 2.000 metros de altitud. Detrás de ellos, está Albertville.



Desde que tomé el desvio, la pendiente se ha incrementado. Las vacas pastan completamente ajenas a mi esfuerzo.



Tímidamente, unos rayos de sol se filtran entre las nubes. ¿Habré acertado al decidir hacer la etapa?



Unas rectas en durísima pendiente se van sucediendo. Realmente asusta este puerto.



Pequeños nucleos de casas, resguardados por el enorme Roc des Boeufs, son calentados por este sol que, poco a poco, parece querer tomar protagonismo. Y yo contento!



Subida interminable pero que me está resultando muy amena.



El cielo se despeja. Si me hubiera quedado en el coche me estaría tirando de los pelos, jeje.



Llego a la zona de abetos, intuyendo que se aproxima algo interesante.



En efecto. De golpe, se acaban los árboles y la Cret de Chatillon aparece ante mis ojos.



Estoy en el altiplano de la Montagne du Semnoz, y las vistas son brutales.



La impresionante formación de nubes rasgada por los picos más altos es un espectáculo que invita a parar y relajarse.



Este es el último kilómetro de la ascensión a esta Cret de Chatillon.



Increible.... y pensar que podía habérmelo perdido....



Abajo veo el La d'Annecy. Pienso en todo el bullicio, ajetreo, gentío y atascos que debe haber allí, y decido quedarme en la paz que se respira en las alturas. Mucho mejor aquí!



Pero hay que bajar para ir a por más emociones. Desciendo hasta el valle de le Cheran.



Tras pasar varios pueblecillos, llego a Rumilly, ciudad donde se inicia el Col du Clergeon.



Inicio este puerto por terreno abierto, prados sobre todo.



Este puerto tampoco es ninguna broma y las pendientes son bastante serias.



Luego entro en zona de bosque, que ya no dejaré hasta coronar.



Carretera muy tranquila pero muy empinada también.



Llego a la cima envuelto en una espesa niebla, que espero desaparezca pronto.



En efecto, a nada que empiezo a bajar desaparece la niebla y me lanzo sin contemplaciones hacia el valle del Rhone.



Ante mi, desafiante, la Montagne du Grand Colombier. Hacia ella que voy!



Pensar que tengo que subir todo eso y meterme entre las nubes es plato de buen gusto. A eso he venido!



En Culoz, empieza la subida al Col du Grand Colombier.



Pronto, entre viñedos, empiezo a tener vistas del valle del Rhone.



Las nubes se acercan....



... pero las vistas lo compensan todo.



Esta fué, sin duda, la subida más dura de toda la etapa.



El valle del Rhone y, enfrente, la Montagne du Gros Foug. Realmente es espetacular.



Penetro en el bosque sufriendo lo indecible para superar estas rampas, casi siempre por encima del 10%.



Alguna herradura y nuevamente dureza, mucha dureza, demasiada.



A falta de 5 kms, entro en la nube y empieza a lloviznar.



Fantasmagórico.....



Cerca de la cima, se abre un poco. Cambia todo rapidísimo, igual viene un golpe de viento y queda despejado que luego, a los 2 minutos, vuelve de nuevo a taparse con la niebla.



En la cima, aprovecho que pasa un claro para sacar la foto.



Me espero un poco a ver si abre, pero esto es lo mejor que puedo conseguir.



Desciendo por la cara oeste y no tardo en salir de la nube.



A los 2 minutos, vuelvo a ver el sol... que locura de tiempo!



Descendiendo hacia el valle de le Seran.



Viene un tramo complicadísimo, brutal, que suerte que es en bajada porque en subida seguro que lo habría tenido que hacer a patita.



Llego a Virieu-le-Petit, y decido que un bocadillo ahora que son más de las 4 me iría de perlas.



Aquí me lo van a preparar. El hostalero, al ver que soy español, llama a su hijo adolescente que por lo que parece estudia nuestro idioma. El pobre, apenas logra balbucear 4 palabras que no logro entender, y se retira cabizbajo... creo que deberá estudiar más, jeje.



Sigo el descenso mientras voy comiéndome el bocadillo de jamón y queso, con pan crujiente. Algo tan simple, es un lujo para mi.



Buena carretera y mucho descenso. Me he ganado un rato de tranquilidad, ciertamente.



Al rato, giro a la derecha para ir a buscar a mi viejo amigo el Lac du Bourget y la ciudad de Aix-les-Bains.



Atrás, el Grand Colombier sigue sin poder quitarse esa boina de nubes de la cabeza.



Llego al lago, que recorreré de principio a fin por esta orilla siempre por un carril bici.



El último adiós al Grand Colombier, que me ha hecho sufrir como nunca.



Yo voy a relajarme con un paseito de más de 15 kms junto al lago. Que gozada!



Pasado el lago, la carretera siempre tenderá a subir, adentrándose en el Massif des Bauges.



El sol del atardecer brinda idílicas postales mientras me adentro en el macizo.



Entro en la Alta Savoya en una tarde que ha quedado estupenda.



Corono el puerto de la Balmette y ya cojo el desvio para subir al pueblo de Alleves, donde tengo el coche aparcado.



Termino la etapa, contento por el tiempo que he tenido y pensando que, si me hubiera quedado a descansar, estaría arrepintiéndome mucho mucho tiempo. Como aquí no tengo aseos, me seco bien con la toalla y me visto. A la que pase por un pueblo con toilettes ya me lavaré bien.

Me pongo en camino y a los 30 kilómetros, en St-Pierre-d'Albigny, veo un párking público con aseos. Decidido, aquí me "ducharé" y, como ya oscurece, me quedaré también a dormir. Mañana madrugaré un poco más para llegar a destino, que tampoco falta mucho.

Me lavo, me hago la cena y me acuesto que ya es de noche. Hoy, al empezar la etapa tan tarde, no podré disfrutar de 8 horas de sueño. Pero ha valido la pena, ha sido un dia de muchas emociones y paisajes inolvidables.

Y mañana, me esperan 8 puertos..... que el ritmo no pare!!!



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