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martes, 25 de septiembre de 2012

Ascensión al Monte Perdido (3.355 m) desde la Pradera de Ordesa





http://es.wikiloc.com/wikiloc/view.do?id=3405789


Ayer martes volví a ponerme las botas, y no era poco serio el reto que tenía por delante. Ayer, había que intentar subir al podio de las alturas pirenaicas. En concreto, al tercer cajón, la medalla de bronce. El Monte Perdido, con sus 3.355 metros, es la tercera montaña más alta de los Pirineos, solamente superado por el Aneto ( 3.404 ) y por el Posets ( 3.375 ).


Gran respeto me produce, pues su tramo final, la tristemente célebre "escupidera", es el punto negro del Pirineo. La zona donde más accidentes mortales hay de toda la cordillera, 60 muertos en los últimos 30 años. Y es que, si caes en esa zona, las posibilidades de contarlo son prácticamente nulas.


La historia empieza el atardecer del lunes, cuando llego a Torla y en el enorme aparcamiento que hay a la entrada, planto mi coche, me preparo la cena y, sin demora, me pongo a dormir. Cuando me despierte, tendré por delante 32 kilómetros y 2.200 metros de desnivel...


Tocan diana a las 4.20 de la madrugada. Fugaz desayuno, me visto con todas las capas que llevo de abrigo y conduzco los 8 kilómetros que me separan del aparcamiento que hay al inicio de la pradera de Ordesa. A las 5.30 empiezo a caminar. Algo menos de 2 horas de andar nocturno, atravesando todo el hayedo, y empieza a clarear en pleno Cañón de Ordesa.


La cascada de la Cola de Caballo.


Para alcanzar la pradera que hay en lo alto del Circo de Soaso se puede ir por un sendero o bien por las Clavijas de Soaso. Elegiré esta opción, ya que no voy en exceso cargado de mochila.


Afianzando bien los apoyos, y con la roca seca que está, no ofrece mayor dificultad, a excepción que se padezca de vértigo.


Llegando al final de las Clavijas, veo como abajo hay otro montañero dispuesto a subir.



En lo alto del Circo de Soaso, disfruto de estas vistas del Cañón de Ordesa.


Desde esta privilegiada posición, puedo ver las chorreras que bajan de Punta Tobacor hasta el barranco de Góriz, El Circo de Soaso y El Cañón de Ordesa.


Una hora más y llegaré al Refugio de Góriz. Como siempre, con mucha gente, pues está en sitio estratégico para infinidad de rutas. Entro para preguntar por el estado de la parte final de subida al Perdido, la Escupidera, y me comentan que es posible que haya algo de nieve. A pesar de que llevo crampones y piolet, no los he usado nunca, y me empiezo a poner un poco nervioso ante la posibilidad de no atreverme con la Escupidera.


Son poco más de las 9 de la mañana y disfruto de estas vistas de la Punta Tobacor y, al fondo, el Refugio de Goriz.



El Cañón de Ordesa y el Circo de Soaso se dibujan claramente.


Llego a estas enormes paredes, a las que tendré que irme acercando siguiendo el sendero marcado con hitos.


Una zona para vivaquear. Justamente ahora terminan de recoger sus cosas estos montañeros tras pasar aquí la noche y empiezan a subir al Monte Perdido delante mio.


A trepar!


Pasamos por la Ciudad de Piedra, un enorme caos de rocas de un tamaño impresionante.



Empezamos a ver, a la derecha, el Cuello del Cilindro, bajo el cual está el Lago Helado. Hay que ir hasta allí.


Pasando por la Ciudad de Piedra.





Salimos de ese caos de rocas y la ascensión prosigue por terreno algo más cómodo.


Tenemos que superar este resalte, con otra trepada y una zona donde hay unas cadenas para ayudar, pues la roca está muy pulida de tanto pisarla la gente y patina.








El Cuello del Cilindro y el Lago Helado. Por aquí vienen los que suben al Monte Perdido desde Pineta, por la cara norte.



El cartel habla por sí mismo. Nos acercamos a la Escupidera, y el temor y los nervios hacen que me olvide del cansancio y solamente piense en cómo pasaré esa zona.



Empiezo a subir, con nieve alternando con las piedras. Nieve dura pero no hielo. Ya he empezado mal, pues lo correcto es subir por la cresta que vemos a la izquierda de la foto (subiendo, a mano derecha) y yo me he metido por todo el pedregal del medio. Llega un punto que debo retroceder, pues doy un paso para adelante y me voy tres para atras. Me arrimo más a la cresta y encuentro una zona mas fácil de progresar.


Por ahí es por donde debería haber subido.


El Monte Perdido y la Escupidera bien nevada.


Termina la cresta que protegía la canal de ascenso y entro en la Escupidera.



Con nieve, aquí no hay fallo posible. Aparte de la fuerte inclinación de ascenso, hay otra fuerte pendiente hacia la derecha, con lo que si caes la montaña te tira hacia el barranco de 60 metros, antes de caer sobre las piedras del fondo. Según leí, de todos los que cayeron solamente 2 sobrevivieron, aunque quedaron parapléjicos.


En plena Escupidera. Asegurando cada paso y siguiendo la huella que han dejado mis predecesores.




Impresiona!



Mirando hacia atrás, la fortísima inclinación nos avisa de que esto no es broma y aquí no pueden haber fallos.


Finalmente, llegamos a esta loma. Solamente nos quedan unos 30 metros de ascenso para hacer cumbre.


Mucho más relajado ahora, afronto estos metros finales con gran emoción. Aquí sí que hay bastante nieve, pero siguiendo huella no hay mayor problema, incluso para gente inexperta en esto como soy yo.


Llegando a la cima, me dejo impresionar, por el Soum de Ramond ( 3.259 metros ) y el Valle de Ordesa cubriéndose de nubes.



Se nota que vengo del ciclismo, jejeje. Pero que contento que estoy!!!



Llega el momento de relajarse. De charlar con los 3 más que hay en la cima en este momento y de hacer fotos.


El Monte Perdido.


El Cilindro de Marboré ( 3.325 metros ). A sus pies, el Lago Helado. Detrás, el Vignemale tapado por las nubes.


La Punta Custodia ( 2.519 metros ), el Valle de Ordesa y la Punta Tobacor ( 2.779 metros ).


De nuevo la cima del Monte Perdido, donde va llegando más gente.


Mejor vista de la Punta Custodia, el Valle de Ordesa y la Punta Tobacor.


De nuevo el Cilindro de Marboré y el Vignemale que se quiere asomar.


Toca bajar. En la Escupidera, extremando precauciones.  



Apartándome como buenamente puedo para dejar pasar a los que suben.



Vista desde abajo, la Escupidera impresiona cosa mala.


Llegando a la altura del Lago Helado, a los pies del impresionante Cilindro de Marbore.


A desandar todo lo ascendido.



Montañeros bajando mientras las nubes se nos quieren echar encima.


La Punta Tobacor siempre es el referente a seguir, pues el Refugio de Goriz está a sus pies.


Chicas alemanas pasando algún apuro en este destrepe.


Descendiendo hacia el Refugio.





Llego a las 3 en punto, justo cuando terminaba la hora de la comida. Apurado, le pregunto al chico si aun estoy a tiempo... va a ser que sí!



Con el estómago satisfecho, emprendo el descenso hacia el Valle de Ordesa.


Las Clavijas de Soaso, para bajar, ya no son tan recomendables. Pero he venido a aprender, a coger experiencia, así que voy a intentar bajar por ellas.



Tomándome mi tiempo, bajo sin contratiempos y me planto de nuevo ante la Cola de Caballo.


Siguiendo el Rio Arazas.


Las Gradas de Soaso, estas "escaleras" que hace el rio.


El sendero entra a partir de aquí en terreno boscoso.





Y la última hora y pico, siempre por dentro de este fabuloso bosque de hayas.


Llego al coche pasadas las 18:30, unas 13 horas después de empezar. Pese a ser una larga caminata, estoy menos cansado de lo que esperaba. Han sido unos 32 kilómetros y 2.200 metros de desnivel repletos de emociones y, sobre todo, de imágenes bellísimas de esas que no se olvidan.

Lejos de desear llegar a casa para descansar, solamente me pregunto... ¿Cuál será la próxima?

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