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jueves, 24 de febrero de 2011

Puertos mediterraneos al calor del invierno: ¿qué hace un chico como yo en un sitio como éste?


Duermo estupendamente y del tirón un montón de horas. Ojalá todas las noches que duermo en el coche fueran asi! Me levanto pronto, desayuno aun de noche y a la que el primer atisbo de luz se deja notar, me pongo en marcha. Llego a Lucena del Cid en plena subida, subida que empezé nada más montarme en la bici. Este municipio cuenta con muchos "Masos" abandonados, de cuando más de la mitad de la población vivía en ellos, dispersa. Uno de ellos es el temible "Mas de la Costa", del que luego hablaremos.


Subo a lo más alto del pueblo para ver salir al astro rey.


Dejo atrás Lucena, donde luego volveré por otra carretera, y voy subiendo el puerto del Remolcador.


Una subida sin demasiadas complicaciones, y que nos permite disfrutar de la visión de la Penyagolosa, de 1.813 metros de altitud.


Coronando el Remolcador ( que no Revolcador, como algún gracioso ha querido camuflar) sin cansarme demasiado.


Viene ahora un tramo de bajada hasta el Barranco de la Juanela.


Bajada que se torna muy pronunciada durante algo más de 2 kms.


El pueblo de Cedramán. Parece abandonado, pero tiene censados 25 habitantes.


En Villahermosa del Rio empieza la subida a Puertomingalvo.


Buenas vistas de la comarca de Gudar-Javalambre, ya dentro de Teruel.





En la segunda mitad de la subida la carretera está en regular estado, con lo que bajando tendré que tener precaución.


Vistas desde lo alto de Puertomingalvo. La Sierra de Gúdar.


Y este es el pueblo del mismo nombre. Puertomingalvo, de origen íbero.


Bajo por donde subí, por tanto volveré a pasar por Villahermosa del Rio.


Y para no repetir aquellos 3 kilómetros tan duros que antes bajé y ahora debería subir, paso por la "variante" que atraviesa Cedramán. Aquí, encuentro esta fantástica fuente que invita a quedarse un rato.


Cedramán. El tramo de rio que pasa por aquí es uno de los pocos rios valencianos que conserva la trucha autóctona del país.


El cañón del Rio Villahermosa.


Y una placentera subida hasta llegar a la carretera más general.


En la general, llego a Castillo de Villamalefa, que me recibe con todos los almendros bien florecidos y dando un toque muy primaveral a este dia.


En cuanto dejo atrás esta población, inicio una rapidísima bajada hasta Ludiente.


Llegando a Ludiente, en la comarca del Alto Mijares. Un lugar con múltiples fuentes como el Pozo Negro (una cascada donde cae agua cristalina procedente del río Villahermosa), la Valentina (una fuente que se encuentra al lado de la Giraba y situada al lado del río donde se puede acampar perfectamente), la Rulla (una fuente natural de fácil acceso con una agua limpia y cristalina)...


Pero como yo soy más de coca-cola, paro en una tienda de comestibles y me apaño un par de latas. Con ellas en el bolsillo, salgo de Ludiente y voy disfrutando de ellas mientras avanzo.


El Rio Villahermosa vuelve a estrecharse en el cañón.


La Muela, esta montaña singular.


Saliendo del cañón, y justo antes de llegar a Argelita, cojo un desvío a la izquierda para ir a subir al Mas del Moro. Estos son los inicios.


No tardo en tener unas estupendas vistas de Argelita.


Un terreno repleto de "lomas".


A medida que subimos, desaparecen los árboles y nos quedan estos páramos pelados.


Unas vistas generosas desde aquí arriba.


Vemos como la carretera va reptando y ganando altura sin cesar.


Dejamos atras las antenas, que parecía era el punto final de la subida, y seguimos en ascenso.


Sensación de soledad aquí arriba, todo en silencio, sin ver un alma...





En el descenso ya vamos encontrando signos de vida humana, menos mal!


Vamos pasando por varios "masos", grupitos de casas ahí perdidos.


Pero este descenso esconde varias trampas, como esta subida donde ahora mismo me encuentro.


Vuelven a aparecer los pinos que le dan alegría a la carretera.


Llego a Lucena del Cid, de nuevo, y decido ir a subir al Mas de la Costa. Voy porque es temprano y hace un dia estupendo, no tengo excusa. Si hubiera tenido la más mínima excusa, no iba, jeje.


Sin saber cómo, me encuentro metido de lleno en este infierno. Son 4 kms a más del 12% de media, la primera mitad en asfalto y luego ya en cemento.


En este cruce acaba el asfalto y empieza el cemento.


Es en este punto donde me cuestiono: ¿qué hago yo aquí? pendientes de más del 10%, firme de cemento... todo lo que para mi es un anti-puerto, lo que odio, lo que evito. Pero tengo claro el motivo: estoy aquí porque esta subida está en la lista de los CIMA. Si no llega a estar, anda que me ven el pelo.


Llego al final con una sudada como de pleno verano. Esto es el Mas de la Costa.


Me asomo y tengo estas vistas brutales. En solamente 4 kms he subido hasta aquí. Cómo se me habrá ocurrido....


Bajo, el cemento no es muy malo y se puede bajar a cierta velocidad. Como por inercia, me doy la vuelta y veo ahí atrás el paredón de donde acabo de bajar. Ya no me giraré más, el Mas de la Costa ya es historia para mi.


Llego a Figueroles antes de las 3 de la tarde y doy por concluido este mini-tour de 4 etapas por la zona mediterranea.

A partir de ahora, toca pensar en otros proyectos. De este, me ha quedado un buen regusto.

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miércoles, 23 de febrero de 2011

Puertos mediterraneos al calor del invierno: el cartel de madera


Hoy tengo otra etapa de kilometraje moderado, por lo que no apuro demasiado la salida. Espero que amanezca y tras un buen desayuno al fresco de la mañana (que no frio) me pongo en marcha. Hasta llegar a Vallada, tengo un buen montón de kilómetros por unas pistas rurales en regular estado. Todo el rato me acompaña la alargada Sierra de Enguera.


Parece que nunca vaya a llegar a Vallada, pero con paciencia se consigue todo.


Atravieso Vallada, que posee el Túnel del sumidor, la cavidad mas importante del mundo en desniveles cársticos. Al cruzar este puente sobre un pequeño barranco, empieza el desnivel fuerte del alto del Campello.


Durísima subida desde el inicio, que no ofrece ninguna tregua.


La Peña Barrota es siempre un referente en esta subida corta pero exigente.


En muy poco trozo hemos dejado Vallada bien abajo!


Llegando a la cima de este primer alto. Ahora un pequeño descanso para continuar, acto seguido, subiendo a El Portixol.


La subida al Portixol ya es más tendida, después de lo superado en Campello esto casi se sube solo.


Buenas vistas de la comarca de La Costera.


Saltamos a la otra vertiente y ahora toca bajada hasta Onteniente.


Onteniente, una ciudad grande y bastante industrializada.


Terreno de descanso mientras me acerco a Castelló de Rugat.


Ante mi tengo la Serra dels Marjalets, que a continuación cruzaré mediante el Alto de Salem.


Me acerco al siguiente paso de montaña, el alto de Salem.


En Castelló de Rugat una rotonda donde no se pasa nada de sed.


Por error me meto dentro del pueblo de Salem. El cartero, al que casi atropello, me indica el camino correcto.


Subiendo el Alto de Salem. Abajo queda el pueblo de Salem y la inmensa embotelladora de agua Font Salem.


Interesante subida, no muy complicada pero sí muy visual.


El pico Benicadell, de 1104 metros, me está observando desde hace rato... y lo que queda!


En la cima del Alto de Salem. Toda la Vall d´Albaida a mis pies.


Y por la otra vertiente, la comarca del Comtat, con el Embalse de Beniarrés en el centro.


Descenso revirado aunque en perfecto asfalto.


El pico Benicadell sigue atento a mi devenir.


Bajo hasta L´Orxa, donde en esta fuente me entretengo un rato en beber y llenar de agua el bidón. Más de medio pueblo vive de una fábrica de papel.


Dentro mismo de la población se inicia el Alto de la Safor, también con cuestas bastante importantes. L´Orxa pronto queda abajo.


Vemos parte del tramo más complicado de esta subida.


Algún pequeño tobogán que solamente sirve para que luego la subida se encabrite más.


Atravesando de pleno el corazón de la Sierra de la Safor.


El Mediterraneo empieza a asomar. Hacia él debo ir! El alto queda justo en la esquina superior derecha de la foto.


Ahora viene una bajada muy revirada, con fortísimas pendientes y algún tramo en hormigón. Precaución máxima!





Tras finalizar el descenso en Villalonga, tengo un rato de relax por terreno bastante llano, entre cítricos. Pero la visión del Macizo del Mondúver hace que la intranquilidad vaya haciendo acto de presencia.


Tras empezar la subida sin demasiada complicación, se acaban las concesiones. Hasta llegar a La Drova ya no hay tregua.... y sólo es el principio!


El calor aprieta, me voy sacando ropa y en esta fuente en La Drova me preparo para la barbarie que se avecina.


Atravieso La Drova y esta calle, con más del 20% al final, me recuerda que esta brutalidad ya no es para gente de mi edad...


Ahi delante, donde acaba el asfalto y empieza el cemento, se comenta que hay "plantado" un burucartel. Un cartel de madera hecho por un gran aficionado al ciclismo y a la montaña, plantado por un grupo de amigos con todo el cariño del mundo. Un cartel motivo de visitas y celebraciones. Voy a ver si lo encuentro!


Aquí lo tenemos! En perfecto estado. Esto hay que inmortalizarlo!


Pero hombre... que cara es esa! Dejadme que respire, que coja aire.... ahora si, esta cara ya está mejor, jeje.


Tras el emotivo momento, sigo el calvario.


El cemento rugoso acentúa la dificultad de estos kilómetros infernales.


Apenas 2 kms y La Drova queda tan lejos...


En cuanto doy una curva, aparece esto ante mis ojos.


Estoy viendo las últimas estribaciones del Macizo del Mondúver, que va a morir casi al mar. En este macizo confluyen los sistemas ibérico y bético.


Un momento de paz interior, a pesar de la respiración entrecortada debido al esfuerzo.


Desde aquí veo La Drova y parte del tramo de subida ya en cemento.


En la cima, las antenas del Mondúver. Desde aquí se emite la señal de Televisión de Cataluña para el Pais Valenciano.


La comarca de La Safor, el Mediterraneo en calma, y yo parece que estoy en la cima del mundo. En dias de buena visibilidad se alcanza a ver Ibiza.


Descenderé por la cara norte hasta Simat de la Valldigna. Ahi abajo está. Al estar en medio de un valle, mirando al mar y protegido a ambos lados por montañas, goza de un clima privilegiado, aunque es uno de los lugares más lluviosos del Pais Valenciano.


Cruzo Simat de la Valldigna, pasando ante la Iglesia de San Miguel Arcángel.


Y me queda la última dificultad del dia, el Alto de Simat.


Desde la cima, vemos los efectos del devastador incendio del 2006.


En el descenso de este último puerto, paso por poblaciones como Barxeta, Llocnou de Fenollet, rodeo la gran Xátiva y finalmente llego a Rotglá y Corbera, dando por finalizada esta durísima etapa.

Me pongo en camino hacia Figueroles, y antes de que se haga oscuro paro en un area de servicio para hacerme la cena y ponerme a gusto. Luego, prosigo viaje y llego a Figueroles algo pasadas las 8 de la noche. Nuevamente, busco un buen sitio para pernoctar, dentro del pueblo pero en una calle sin tráfico, y me dispongo a dormir más de 8 horas, esta vez del tirón!

Mañana será la última etapa, la más cortita pero muy intensa.

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