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miércoles, 26 de octubre de 2011

Ruta alforjera: Batea - Mora la Nova


Larga etapa y con fuerte desnivel acumulado la que tengo hoy por delante. Por eso, el despertador suena a las 5.15 de la mañana. Bien descansado, me levanto, me visto y bajo al comedor a desayunar. Unas cuantas pastitas y un zumo de frutas es suficiente para salir con algo sólido en el cuerpo. Más adelante, ya volveré a desayunar.

Paso furtivamente amparado por la noche por los pueblos de Vilalba dels Arcs, La Fatarella y encaro el descenso hacia el rio Ebro, a la altura de Ascó. La Central Nuclear impresiona vista desde las alturas.


Final de la bajada en Vinebre. Me pregunto si será normal tanto humo. Me miro las manos y veo que aun no son de color verde ni azul fosforito, así que decido largarme rápido de ahí, por lo que pueda ser...


Iré hasta la Palma d'Ebre por una carretera que se nota que hasta hace poco era una pista forestal. Demasiado recitilinea y con subidones y bajadas. Hace pupa.





Llego a la Palma d'Ebre y el sol empieza a alegrarme la mañana.


Entro en el Priorato y los olivos abarcan muchas hectareas.





Antes de llegar a la Bisbal de Falset, cojo otra pista forestal asfaltada para subir hasta el Coll del Grau. De nuevo fuertes pendientes.


Hace mucho rato que dejé atrás la Central nuclear y todavía la veo humear.


Tranquilísima pista forestal, ganando altura incesantemente.





Llegaré de esta forma al Coll del Grau, pero la subida prosigue.





Aun puedo ver la columna de humo que sale de Ascó. En esta soledad, únicamente acompañado de almendros y viento, me dispongo a desayunar por segunda vez.


Buen provecho!


La Sierra del Montsant es el mejor telón de fondo para deglutir tanta repostería.





Atravieso este interesante paso de las Crestas del Blai.


Antes de lanzarme en una fugaz bajada, buenas vistas de esta pequeña llanura rodeada de sierras por todas partes.


El pueblo de Ulldemolins preside esa llanura desde el montículo.


Sin tiempo de reacción, incluso antes de llegar hasta la misma llanura, cojo la carretera de ascenso a Vilanova de Prades. Atrás queda Ulldemolins y la sierra de la Llena.


Tras varios kilómetros de ascenso cómodo, Vilanova de Prades está a la vista.


La primera fuente que hay nada más llegar al pueblo está seca, pero como siempre, un aldeano me indica esta otra, en las piscinas municipales.


Desde Vilanova, larga bajada hasta el fondo del valle del Rio Francolí.


Atravieso el pueblo de Vimbodí en busca de la carretera nacional.


Unas obras me hacen dar un pequeño rodeo al pueblo, una especie de ruta turística que me permite ver la Iglesia parroquial de San Salvador.


Rápidos kilómetros por la nacional hasta que llego a Montblanc.


Atravieso Montblanc, capital de la Conca de Barberá, e inicio la subida a Rojals.


Subida bastante constante que no tarda en darme estas vistas de Montblanc y toda la comarca de Conca de Barberá.





Carretera revirada que bajarla es todo un gustazo para los que gustan de inclinarse en las curvas.


A más de media subida paso por Rojalons, pequeño nucleo despoblado perteneciente al término de Montblanc.


Entro en los últimos 2 kms, los más duros de toda la subida.


Allá delante veo el objetivo, el pueblo de Rojals.





Llego a Rojals, una pedanía de Montblanc y habitado desde el neolítico.


Desciendo a Montblanc y ahora deberé llegar a Alcover, por una carretera general. Pasando por La Riba.


El AVE y el ferrocarril convencional se cruzan con la carretera a diferentes niveles.


Pasando por Alcover, inicio de la subida a La Mussara, en las Montañas de Prades.


El Mediterraneo queda cerca.


El Alt Camp y el Tarragonés bajo mis pies.


Adentrándome en esta larga subida por las Montañas de Prades.





La Sierra de la Mussara aparece hostil mientras el cielo se cubre con las primeras nubes del frente de borrascas que se acerca.


Las antenas marcarán el fin de la ascensión.


El Mediterraneo deslumbra desde lo alto de la Sierra de la Mussara.


Me armo de valor y me desvío para acceder al pueblo abandonado de La Mussara. Pueblo considerado maldito según algunos especialistas en el tema. Se registran habitualmente fenómenos paranormales de toda índole relacionados con la intensa historia del lugar. Se afirma que se han realizado rituales satánicos y de otra índole, además de haberse observado con cierta periodicidad Ovnis e incluso seres extraterrestres. Hay una leyenda que afirma que pisando una determinada piedra del pueblo se entra en una especie de mundo paralelo. Esta afirmación procede probablemente de la necesidad de dar explicación a la multitud de casos de desaparición en el lugar.


La vegetación cubre las ruinosas construcciones.


A los habitantes de este pueblo se les conocía como ranas ya que, al llover, se formaba un pequeño embalse natural que servía para dar de beber a los animales. Esta es la zona en cuestión.


Sobrecogido, doy media vuelta y salgo de nuevo a la carretera, para disfrutar de vistas más amables como ésta.


Bajo Castillejos hasta llegar a una carretera más general, en el Coll d'Alforja. La Sierra del Montsant, vista desde el otro lado al que antes transité.


Dos dificultades me quedan para llegar a la nacional en Falset. La primera, el Coll de Porrera.


Mientras subo este puerto me voy comiendo el bocadillo, que se ha conservado perfectamente (no tiene moho ni cosas que se muevan por dentro).


Desde la cima, bajaré hasta Porrera, que ya puedo ver al fondo.


Debo entrar en el pueblo, pues los bocadillos dan sed y quiero ir sobrado de agua.


Dejo atrás Porrera y la emprendo con el Coll Major, algo más duro que el anterior pero vaya, tampoco mata.


En esta casa el otoño se ha agarrado a base de bién.


Vista panorámica de la subida al Coll Major.


Porrera queda ya lejos mientras estoy a punto de coronar.


Salto la sierra y por el otro lado ya veo Falset, donde cogeré la nacional hasta la meta en Mora la Nova.


Cruzo Falset, previa parada en una gasolinera para pillarme unas cocacolas, que me ayuden en el último apretón hasta el final de etapa.


La gran borrasca está muy cerca y aprieto el ritmo para no mojarme.


El Masroig, cercano a la nacional, me ve pasar como una exhalación.


Y, por último, la tachuela del Coll de l'Egua me deja a las puertas del descenso final hasta Mora la Nova, donde daré por concluida esta mini-ruta alforjera de 2 dias.


Volveremos a vernos... cualquier dia... en cualquier lugar.



Saludos!!!

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