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Ayer martes volví a ponerme las botas, y no era poco serio el reto que tenía por delante. Ayer, había que intentar subir al podio de las alturas pirenaicas. En concreto, al tercer cajón, la medalla de bronce. El Monte Perdido, con sus 3.355 metros, es la tercera montaña más alta de los Pirineos, solamente superado por el Aneto ( 3.404 ) y por el Posets ( 3.375 ).
Tocan diana a las 4.20 de la madrugada. Fugaz desayuno, me visto con
todas las capas que llevo de abrigo y conduzco los 8 kilómetros que me
separan del aparcamiento que hay al inicio de la pradera de Ordesa. A
las 5.30 empiezo a caminar. Algo menos de 2 horas de andar nocturno,
atravesando todo el hayedo, y empieza a clarear en pleno Cañón de
Ordesa.
La cascada de la Cola de Caballo.
Para alcanzar la pradera que hay en lo alto del Circo de Soaso se puede
ir por un sendero o bien por las Clavijas de Soaso. Elegiré esta opción,
ya que no voy en exceso cargado de mochila.
Afianzando bien los apoyos, y con la roca seca que está, no ofrece mayor dificultad, a excepción que se padezca de vértigo.
Llegando al final de las Clavijas, veo como abajo hay otro montañero dispuesto a subir.
Desde esta privilegiada posición, puedo ver las chorreras que bajan de
Punta Tobacor hasta el barranco de Góriz, El Circo de Soaso y El Cañón
de Ordesa.
Una hora más y llegaré al Refugio de Góriz. Como siempre, con mucha
gente, pues está en sitio estratégico para infinidad de rutas. Entro
para preguntar por el estado de la parte final de subida al Perdido, la
Escupidera, y me comentan que es posible que haya algo de nieve. A pesar
de que llevo crampones y piolet, no los he usado nunca, y me empiezo a
poner un poco nervioso ante la posibilidad de no atreverme con la
Escupidera.
Son poco más de las 9 de la mañana y disfruto de estas vistas de la Punta Tobacor y, al fondo, el Refugio de Goriz.
Llego a estas enormes paredes, a las que tendré que irme acercando siguiendo el sendero marcado con hitos.
Una zona para vivaquear. Justamente ahora terminan de recoger sus cosas
estos montañeros tras pasar aquí la noche y empiezan a subir al Monte
Perdido delante mio.
A trepar!
Pasamos por la Ciudad de Piedra, un enorme caos de rocas de un tamaño impresionante.
Pasando por la Ciudad de Piedra.
Salimos de ese caos de rocas y la ascensión prosigue por terreno algo más cómodo.
Tenemos que superar este resalte, con otra trepada y una zona donde hay
unas cadenas para ayudar, pues la roca está muy pulida de tanto pisarla
la gente y patina.
El Cuello del Cilindro y el Lago Helado. Por aquí vienen los que suben al Monte Perdido desde Pineta, por la cara norte.
Por ahí es por donde debería haber subido.
El Monte Perdido y la Escupidera bien nevada.
Termina la cresta que protegía la canal de ascenso y entro en la Escupidera.
En plena Escupidera. Asegurando cada paso y siguiendo la huella que han dejado mis predecesores.
Impresiona!
Finalmente, llegamos a esta loma. Solamente nos quedan unos 30 metros de ascenso para hacer cumbre.
Mucho más relajado ahora, afronto estos metros finales con gran emoción.
Aquí sí que hay bastante nieve, pero siguiendo huella no hay mayor
problema, incluso para gente inexperta en esto como soy yo.
Llegando a la cima, me dejo impresionar, por el Soum de Ramond ( 3.259 metros ) y el Valle de Ordesa cubriéndose de nubes.
Se nota que vengo del ciclismo, jejeje. Pero que contento que estoy!!!
El Monte Perdido.
El Cilindro de Marboré ( 3.325 metros ). A sus pies, el Lago Helado. Detrás, el Vignemale tapado por las nubes.
La Punta Custodia ( 2.519 metros ), el Valle de Ordesa y la Punta Tobacor ( 2.779 metros ).
De nuevo la cima del Monte Perdido, donde va llegando más gente.
Mejor vista de la Punta Custodia, el Valle de Ordesa y la Punta Tobacor.
De nuevo el Cilindro de Marboré y el Vignemale que se quiere asomar.
Toca bajar. En la Escupidera, extremando precauciones.
Llegando a la altura del Lago Helado, a los pies del impresionante Cilindro de Marbore.
A desandar todo lo ascendido.
La Punta Tobacor siempre es el referente a seguir, pues el Refugio de Goriz está a sus pies.
Chicas alemanas pasando algún apuro en este destrepe.
Descendiendo hacia el Refugio.
Llego a las 3 en punto, justo cuando terminaba la hora de la comida.
Apurado, le pregunto al chico si aun estoy a tiempo... va a ser que sí!
Las Clavijas de Soaso, para bajar, ya no son tan recomendables. Pero he
venido a aprender, a coger experiencia, así que voy a intentar bajar por
ellas.
Siguiendo el Rio Arazas.
Las Gradas de Soaso, estas "escaleras" que hace el rio.
El sendero entra a partir de aquí en terreno boscoso.
Y la última hora y pico, siempre por dentro de este fabuloso bosque de hayas.
Llego al coche pasadas las 18:30, unas 13 horas después de empezar.
Pese a ser una larga caminata, estoy menos cansado de lo que esperaba.
Han sido unos 32 kilómetros y 2.200 metros de desnivel repletos de
emociones y, sobre todo, de imágenes bellísimas de esas que no se
olvidan.
Lejos de desear llegar a casa para descansar, solamente me pregunto... ¿Cuál será la próxima?
Tremendo, ¡enhorabuena!
ResponderEliminarYo lo que tengo es envidia!!!!!, creo que es uno de los sitios más bellos de este país, y has subido a su techo....
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