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sábado, 19 de mayo de 2012

Cuenca y la Serranía


Tercera y última etapa, de unos 200 kms como las dos anteriores pero sin excesiva dureza. Dormí muy tranquilamente a orillas del Júcar, y eso que tenía mis dudas, pues ayer, al cruzar Cuenca con el coche, observé que el bullicio era mucho mayor de lo esperado.

Justo con el amanecer, empiezo mi etapa cruzando el Júcar y adentrándome en la capital.


Paso bajo el Puente San Pablo, un puente-viga que cruza el rio Huécar. Es parte del patrimonio de la ciudad de Cuenca y, originalmente, data del siglo XVI, aunque ese se derrumbó y el que vemos hoy es del 1.902.


Las afamadas casas colgadas de Cuenca (que no casas colgantes, como muchos erróneamente dicen).


Primera subida del dia, y también la que esconde las rampas más empinadas. Estoy subiendo al Cerro del Socorro.


Amedrantadores peñascos parecen querer abalanzarse sobre el esforzado deportista, pero tengo bastante claro que no se van a mover de donde están, jeje.


Al ganar altura, el paisaje se vuelve más cordial, con estos pinos y pendiente moderada.


Llegando a la cima, el monumento al Sagrado Corazón de Jesús.


La ciudad de Cuenca se consagró al Corazón de Jesús en 1.940.


Desde lo alto, gozo de excelentes vistas sobre las casas colgadas...


... y sobre toda la ciudad de Cuenca.


Desciendo del Cerro del Socorro y enfilo dirección noreste, hacia la Serranía de Cuenca.


Buena subida la que hay, camino de Buenache.


Llegando a Buenache, población de 116 habitantes.


Sigo adentrándome en la Serranía y la atmósfera ya se ve que viene muy cargada. Hoy va a tocar mojarse, la única incógnita es... ¿cuándo?


Estoy circulando por la denominada Tierra Muerta. Es un paraje de una extremada aridez, pero no un desierto. Toda su superficie actúa como un inmenso colector del agua de la precipitación, que casi en su totalidad se infiltra hacia los acuíferos para aflorar al exterior de la zona. De ahí la sequedad y ausencia casi total de manantiales.
Dentro de su área se localiza el yacimiento paleontológico de “Las Hoyas” de enorme importancia científica por la obtención de alguno de los fósiles clave para explicar la evolución de dinosaurios a aves.





Desciendo del Alto de la Hoya y llego al Embalse de la Toba, en el rio Júcar.





Un rato bordeando el embalse y llega el momento de tomar temporalmente este desvío, para hacer un ida y vuelta al Puerto de El Cubillo.


La señal viene a ser bastante pesimista, ya que la media de los 5 kms aproximados de subida será de un 7%.


Un par de imágenes de esta subida a El Cubillo.





Desde lo alto, estas vistas espectaculares de la Serranía de Cuenca. Si siguiéramos por la carretera que hemos subido, entraríamos de lleno en los Montes Universales.


Yo me doy media vuelta y retomo la carretera que anteriormente iba bordeando el Embalse, para dirigirme a Tragacete.


Tragacete, 10 kms aguas abajo del nacimiento del Júcar.





Tras dejar atrás Tragacete, donde reposté de cocacolas, emprendo la subida al Alto de la Vega, por perfecta carretera.


La llegada a esta area recreativa marca el final de la ascensión al Alto de la Vega.


Un brevísimo descenso y reemprende la subida, para conquistar el Collado Manchego. Paso por el nacimiento del Rio Cuervo, una zona preciosa.


Y prosigo un suave ascenso que ninguna dificultad me debe poner.


Mirando atrás, el cielo se encapota rápidamente.


Estos prados delatan la presencia de ganado...


... cosa que se confirma poco después.


Alcanzo el Collado Manchego y con presteza me doy media vuelta.


Me resigno a pensar que hoy, irremisiblemente, me voy a mojar, y mucho.


Vuelvo al Alto de la Vega y ahora cojo una carreterita muy "de bosque" que me llevará a Las Majadas. Precioso el entorno natural, mejor dejar que hablen las imágenes.











Llegando a Las Majadas, increiblemente todavía seco, ya que apenas ha chispeado un poco.





Toca bajar hasta Villalba de la Sierra, en el Valle del Júcar.


Descenso rapidísimo mientras, delante mio, veo como los nubarrones descargan a base de bien.


A la vista Villalba de la Sierra.


No llego a entrar en Villalba que ya emprendo la última subida, el ascenso a la Ciudad Encantada. De buenas a primeras, me encuentro con el Ventano del Diablo. Es una perforación en la roca sobre la garganta del rio Júcar. Su desnivel es de más de 200 metros y forma una serie de pozos donde se pueden observar los colores intensos que desprende el rio en su reflejo sobre las rocas.


Aquí se ve mejor el Ventano del Diablo, a media altua en el centro-izquierda de la foto.


Última foto tomada "en seco". A partir de ahora, me caerá agua a mares.


Subiendo la Ciudad Encantada bajo un auténtico diluvio.

Llego a la Ciudad Encantada,  un paraje natural de formaciones rocosas calcáreas o calizas formadas a lo largo de miles de años.
La acción del agua, el viento y el hielo ha hecho posible este fenómeno kárstico. La heterogeneidad de las rocas en cuanto a su morfología, composición química y grado de dureza es lo que ha permitido el desgaste desigual de las mismas por los elementos atmosféricos, dando como resultado una muestra sorprendente de arte pintoresco proveniente de la misma naturaleza.
Está en una finca privada y se accede pagando.


Lógicamente, no entro. Para ver formaciones rocosas, simplemente hay que seguir pedaleando.





Llega la hora del descenso, por Valdecabras. Completamente empapado, claro.


Valdecabras, pueblo al que no deberé entrar.


Por unos momentos, da la sensación que la tormenta ha pasado, y puedo disfrutar de las vistas de estos escarpados riscos.


Pero nada más lejos de la realidad. Por delante, la oscuridad se apodera de la zona.


Dejo atrás el buen tiempo y me preparo para otra horda de rayos, truenos y agua.





Llego a las inmediaciones de Cuenca bajo otro diluvio. Me detengo a observar el Júcar.


Y me preparo para una gloriosa entrada en la ciudad bajo un concierto de truenos acojonante.


Terminaremos la crónica con una relajante imagen del Júcar a su paso por Cuenca.



Y de esta forma, chorreando agua por todas partes, doy por concluidos estos tres dias de cicloturismo, que me ha llevado a conocer un poco más este nuestro gran país.

Ahora, a secarse y a empezar a pensar en la próxima!

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