Buscar este blog

sábado, 6 de agosto de 2011

AFTT 2011, etapa 5: Massif des Bauges


Hoy no necesitaré madrugar tanto. He dormido en el sitio donde empezaré la etapa, por lo que levantándome a las 5.30 es suficiente. La hora de inicio de las etapas es las 6 de la mañana. De esta forma, a las 6, en la plaza principal de Chapareillan (donde dormí) me pongo en marcha en una de las etapas más temidas de este Tour.



Estos amaneceres tan rojizos no me traen ningún buen augurio. Suelen ser señal de lluvia.



Una vez estoy cerca de St-Pierre-d'Albigny empieza la subida al primer puerto del dia, el Col du Frene.



Dejo atrás St-Pierre-d'Albigny y continúo con las duras rampas de este puerto.



La Dent d'Arclusaz parece que quiere morderme... ñam ñam!



Bonitas vistas del valle del Isere.



Voy a coronar el Col du Frene. Llegar a la cima del primer puerto de cada etapa siempre supone un alivio. Dejarse caer hacia la otra vertiente significa que has pasado el "punto sin retorno".



En la cima del Col du Frene, una gran cruz.



Descenso del Col du Frene. Paso por Epernay y penetro en el corazón del Parque Natural Regional del Massif des Bauges.



Terreno favorable acercándome a Ecole, donde volverá la carretera a mirar al cielo.



Ecole al fondo, bien protegida por la Dent de Pleuven y todas esas otras montañas.



Paso por dentro de Ecole y me preparo para atacar el Col des Pres.



El cielo se pone feo por la zona que tengo delante.



En plena subida al Col des Pres se escapan las primeras gotas. Ya me mentalizo que hoy va a ser un dia muy muy duro.



Aillon-le-Vieux, con aspecto lúgubre.



Aillon-la-Jeune, ya algo más amable y cerca de coronar el Col des Pres.



Corono el Col des Pres y hasta Thoiry tengo terreno descendente, pero con carretera mojada por lo que también me mojo yo.



Tras Thoiry, empieza una larga subida hasta el Mont Revard.



Entre chaparrón y chaparrón, voy ganando altura.



Otra subida importante ésta, previamente se pasa por el Col de Plainpalais y luego se sigue subiendo.



Pequeños puentecillos exquisitamente decorados con flores.



Paso el Col de Plainpalais y entro en la zona de abetos, mientras el cielo vuelve a clarearse.



Me estoy acercando a la estación de esquí de La Feclaz, donde seguro que encontraré algún comercio abierto para avituallarme.



En efecto! Esta boulangerie me proporcionará pastas y cocacolas, justo lo que necesito ahora. El pibón sentado en la puerta, con tacones de aguja, vestido de noche y la mirada perdida en su croissant, me hace pensar que su noche ha sido movidita.... ay pillina!!!



Prosigo mi escalada al Mont Revard, ahora con sol. Si es que el tiempo esta loco!



Pronto, entre las copas de los árboles, veo un cachito del Lac du Bourget.



Un precioso panorama que invita a seguir subiendo para ver más.



Llego a Le Revard, otro complejo pensado en el tema del esquí, y me preparo para lo mejor.



En lo alto, un mirador colgado en el vacío con paredes y suelo transparentes. Impresiona, sí, pero más impresionan las vistas.



El Lac du Bourget al completo, el Mont de la Charvaz, el Dent du Chat... todo está a la vista!



El mirador, con una familia casualmente española disfrutándolo.



Sin más, desciendo hasta la misma orilla del Lac du Bourget y lo que hace un momento era sol se vuelve a convertir en llovizna.



El Mont du Chat domina el lago y me intimida a mi. Debo subirlo, es el puerto más duro de todo este Tour.



En el pueblo de Le-Bourget-du-Lac empieza el puerto. Los inicios son para ir calentando las piernas.



La subida siempre será igual, con el mismo paisaje. Siempre dentro de este bosque.



Llega el momento de la verdad. Entro en los 10 últimos kilómetros, donde la pendiente no bajará del 10%.



Siempre dentro de este bosque, con carretera muy rugosa, es desolador ver como pasan los kilómetros y el mojón siempre te pone lo mismo: 10%.



Por un pequeño hueco entre los árboles, puedo ver el lago, mientras vuelve a lloviznar.



Este asfalto se agarra tanto que hace que el 10% real, en las piernas sea bastante más.



Mira! Para romper la monotonía, este kilómetro será al 11%. Maldita la gracia que me hace... Pero ánimos, que sólo quedan 4.



Llueve con desconsuelo y ya empiezo a temer por la bajada, que es igual de empinada que esto.



Por fin, llego a la cima del Mont du Chat, y el panorama es dantesco.



Un bar con aseos solamente para los clientes.... y un cuerno! Entro, me lavo un poco la cara y lleno el bidón con agua del grifo. Y que me digan algo.... "je ne parle pa fransé", jejeje



Última ojeada al Lac du Bourget antes de meterme de lleno en el descenso peligrosísimo.



La cima del Mont du Chat, una subida que nunca olvidaré.



Bajando por la otra cara, el panorama no es mucho mejor...



Tras una bajada donde me dejo las manos y las zapatas de freno, me desvio hacia Vacheresse para ir a buscar el Pas du Lievre. Carretera estrechísima y solitaria.



Por esta carretera subiré el Pas du Lievre que luego enlaza con el Col de l'Epine.



La soledad es la nota predominante en esta parte de la etapa.



Coronando el Col de l'Epine, ahora todo será bajada hasta Chambery.



De nuevo el valle del Isere y la lluvia que no me termina de dejar en paz.



Desciendo hasta Chambery. Solamente me queda un puerto y espero poderlo hacer en seco.





Bordeo Chambery y me meto de lleno en la subida al Col du Granier. Esto es pasando por St-Cassin.



Los acantilados parecen querer franquearme el paso. Por suerte, el que hizo la carretera fue más listo y los supo esquivar.



Buena carretera subiendo el Col du Granier. Y no llueve! Todo se pone de cara en este final de etapa.



A lo lejos, aun puedo ver el prinipio del Lac du Bourget. Por ahí sigue lloviendo, jeje. Yo me piro, vampiro!



El Tunnel du Pas de la Fosse. No es el final, aun queda subida.



Últimos kilómetros del Col du Granier, este final se me está haciendo muy cómodo pese a la enorme paliza que llevo en el cuerpo.





Por fin lo consigo. El Col du Granier y, enfrente, el Mont Granier.



La bajada es muy pendiente. Y como el asfalto es muy botoso, debo extremar las precauciones. Una caida es lo último que deseo en este Tour.



Estoy a punto de llegar a la llanura, y con ella llegará el final de etapa. Estoy molido de todas partes, tanta agua y tanto traqueteo ha dejado huella.



Llego al coche, guardo la bici y me voy a esos aseos públicos que ya me conozco para lavarme. El problema es que los grifos quedan al aire libre y hay gente por la plaza, por lo que ponerse en pelotas no queda bién. Así que me pongo el bañador, cojo mi toalla, mi esponja y mi jabón y me doy la ducha de rigor bajo las furtivas descaradas miradas de los allí presentes.

Me quito bien toda la porquería de las salpicaduras de la bici sobre las piernas y, una vez limpio y vestido, me planteo quedarme a dormir otra vez en este mismo sitio. Pero como ya he llamado suficientemente la atención, creo que no será buena idea quedarse ahí, que estos franceses son un poco raros y me miran mal. Así que arranco el coche y me largo.

Conduzco hasta Le Pont, punto de partida de la siguiente etapa, pero la plaza del pueblo, donde los aseos y tal, está tomada por un grupo de jovenes alborotadores que se preparan para el sábado noche. Ahí no me quedo ni loco!

Miro el mapa y veo que cerca hay un pueblecito, Alleves, que promete tranquilidad. En efecto, subo y aparco sin problemas. No hay aseos públicos aquí, pero como ya voy duchado, para otras necesidades ya está el bosque, jeje.

A todo esto, no ha parado de llover. Me acuesto y sigue lloviendo. Me duermo, pensando que, tras la paliza de hoy, como mañana por la mañana llueva ya tengo la excusa perfecta para tomarme un dia de descanso.

El ruido de la lluvia sobre la chapa del coche no me deja dormir bien.... nada, saco los tapones y se acabaron los problemas. Buenas noches......


.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Seguidores

Archivo del blog

Contador de visitas