Empezamos a caminar en las piscinas municipales de Plan. Tenemos un rato de camino ancho, a la vera del rio Cinqueta, y sin ningún tipo de pendiente.
Los restos de humedad se disipan, el dia se promete caluroso. Hoy vamos a sudar!
Al cabo de un rato, encontramos la senda que se adentrará en el monte. La senda es estrecha y al principio por dentro de un frondosísimo bosque con especies de hoja caduca, como robles, avellanos o hayas.
Tenemos que cruzar este torrente en 2 ocasiones, buscando un paso fácil sobre las rocas.
El esfuerzo es considerable, pero merecerá la pena llegar al Ibón de Plan, uno de los lugares más bellos y más fotografiados del Pirineo.
Pronto tenemos ya que caminar sobre desprendimientos.
Vemos ahora el pueblo de Gistain, encima del pueblo de Plan.
Caminando sobre las rocas, el valle queda pronto muy abajo.
Preciosas vistas matutinas de la Reserva Nacional de los circos y la Reserva Nacional de Benasque.
El camino no está exento de obstáculos.
Atravesando toda esta zona de piedras desprendidas.
Y la ascensión gana en espectacularidad.
De nuevo debemos cruzar el Barranco del Ibon.
Y tras durísima subida por dentro del bosque...
... llegaremos, por fin, a la zona de praderas.
Preciosa postal, a 1900 metros de altitud.
Impresionante, nos acercamos al Ibon y delante nuestro tenemos Las Mardaneras y el Feixón Ciego.
Avanzamos sin prisas y en completa soledad en busca de la Balsa.
Y aquí la tenemos: Basa de la Mora o Ibón de Plan. Tiene su leyenda....
Nos sentamos en la orilla del agua a comernos unos bocadillos y a beber, ya que hemos sudado mucho.
Y disfrutamos, los 2 solos, de ese precioso entorno en completo silencio. El Ibon de Plan o Bassa de la Mora, rodeado de las moles calizas de Cotiella y con unos estupendos pinares que se acercan hasta la misma orilla del agua.
Llega la hora de volver, por el mismo camino que hemos subido.
Atrás queda este idílico paraje, que a buen seguro nunca olvidaremos.
De nuevo hay que cruzar el torrente, ahora ya con mucho calor.
Y volvemos a disfrutar de las fantásticas vistas de estas montañas aragonesas.
Llegamos al coche con gran cansancio (sobretodo Silvia, jejeje) pero con gran satisfacción por haber conseguido llegar a nuestro destino.
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¿No os encontrasteis con Heidi?
ResponderEliminarEso ya habría sido rizar el rizo, jajaja. Pero oye, que no nos hubiera extrañado, talmente se parece a Suiza.
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