Llega el primer reto de la temporada. La travesía invernal por el macizo del Canigó era una aventura que ya llevaba bastante tiempo planeada. Solamente faltaba esperar el momento idoneo, para disfrutarla al cien por cien, y este fin de semana parece que va a serlo.
Consigo "engañar" a Alberto, que para estas cosas siempre está dispuesto, y ultimamos los detalles. La travesía será de dos dias, y saldrán unos 40 kilómetros. Subiremos a las principales cumbres del macizo: Canigó, Barbet, Puig Sec, Tretzevents, Puig Roja, Bassibes y Sept Hommes.
El punto de partida será el Col de Jou, donde se llega por asfalto. Al no estar a mucha altura, la nieve no será problema para llegar en coche. El primer dia haremos solamente un pico, el Canigó. Subiremos por la famosa chimenea y bajaremos por el lomo del Pic Joffre, mucho más fácil, hacia el Refugio de Cortalets, donde pasaremos la noche.
En el refugio tendremos colchones y estufa, aunque no hay mantas ni leña, según me ha dicho el guarda de verano, que sube de vez en cuando a echar un vistazo.
Viajamos el viernes por la tarde y dormimos en el Col de Jou, dentro de los coches. Estamos solos en el collado. La pista forestal que desde aquí sube al Refugio de Mariailles está cerrada con una cadena en los meses invernales.
Nos levantamos al amanecer, para empezar a caminar a las 8 de la mañana.
En el Col de Jou, el cartelito nos marca la dirección del GR para ir al Refugio de Mariailles.
El sendero es muy amplio, y ataja las lazadas que va dando la pista forestal.
En algún momento saldremos a la pista, pero enseguida retomamos el sendero.
Siguiendo el GR-10, la senda pirenaica que va por el lado francés.
De nuevo salimos a la pista. Ahora que empieza a aparecer la nieve, seguiremos por ella para mayor comodidad.
Estamos a medio camino entre Col de Jou y Mariailles. Seguiremos hasta el refugio por la pista, resulta más cómodo andar por ella con el mochilón a cuestas.
La nieve ya se vuelve continua. Estamos siempre en la vertiente norte de la montaña.
Subiendo a Mariailles con el mochilón a cuestas.
Llegamos al Refugio de Mariailles, cerrado en invierno.
Para ir a visitar la parte libre, hay que caminar unos minutos más por la pista.
Parte libre del Refugio de Mariailles. Vamos a ver qué tal está por dentro.
En el piso superior vemos que tiene colchones...
... y abajo chimenea, mesa y bancos. No parece muy incómodo este refugio!
Al lado hay adosado otro pequeño habitáculo donde también se puede dormir.
Refugio libre de Mariailles, en la vertiente oeste del macizo.
En el refugio ya cogeremos el sendero que sube en busca del Pla de Cady, ruta normal de ascenso al Canigó desde Mariailles.
Cruzaremos el Torrente de la Llipodere por este puente.
Torrente helado.
El sendero va ganando altura por un precioso bosque en la ladera norte del macizo.
En el fondo de los valles la acumulación de nieve es más importante.
El sol ya calienta las laderas sur que hay al otro lado del Valle de Cady. Iremos en su búsqueda!
Avanzando en busca del solecito, sin ver todavía el Canigó.
Salimos al solete!
Avanzamos siguiendo el evidente sendero remontando el valle.
Deberemos cruzar el Torrente de Cady, que también está helado.
Con cuidado de no resbalar en el rio helado.
Ahora el sendero va por laderas orientadas al sur, por lo que el sol está garantizado varias horas.
En suave pendiente vamos ganando metros poco a poco.
Bosque claro y sendero evidente.
El único pedregal que cruzaremos en nuestro ascenso al Pla de Cady.
Muy agradable el camino.
Por delante vemos las montañas que ascenderemos en la jornada de mañana domingo.
Nos acercamos al Pla de Cady. Todas las montañas que hay por delante y por la derecha son las que hay previsto subir mañana.
Nos acercamos al Refugio Aragó.
Refugio Aragó, rehecho el año pasado después de que se viniera abajo. Detrás el Puig Sec, cima que subiremos mañana.
Dejamos los mochilones y descansamos un poco. Tenemos agua al lado, en un arroyo que baja de la montaña, así que llenaremos las botellas.
Refugio Aragó y detrás la Cresta de Sept Hommes.
El interior del recién reconstruido refugio. Incluso tiene su estufita.
Hacia el NE el Pla de Cady, que tenemos que atravesar a continuación. En el centro el Puig Sec.
Nos volvemos a cargar las mochilas, nos despedimos del Refugio Aragó...
... y la emprendemos con el Pla de Cady, deseando poder ver por primera vez nuestro objetivo.
Pic Barbet, Porteille de Valmanya y Puig Sec. Todo eso lo recorreremos mañana, pero viniendo del otro lado.
Por fin, al fondo, asoma la cima del Canigó.
Un poco de zoom para ver mejor el Canigó. Justo a la derecha de la cima está la chimenea, nevada, por donde tenemos que subir.
Pero sin zoom vemos que aun nos queda un buen cacho para llegar allí.
El Pla de Cady que vamos dejando atrás.
Canigó en el centro de la foto. Por la izquierda el Quazemi y por la derecha el Barbet.
Zoom al Canigó a su chimenea nevada.
Tras el Pla de Cady, la cosa se empina de verdad. Con el mochilón cargado, esto cuesta!
Quazemi y Canigó. Nuestro sendero va flanqueando ganando altura en busca de la base del Canigó.
Acercándonos a la base de nuestro objetivo.
Abajo el Pla de Cady que hemos atravesado hace un momento. Detrás las montañas que recorreremos mañana.
El sendero zigzaguea en busca de la Porteille de Valmanya, aunque antes de llegar a ella se bifurca y sale otro sendero en busca de la chimenea.
Subiendo por el sendero, con el Puig Sec, altivo, por detrás.
Vemos como el sendero, delante, se desvía para ir a buscar la chimenea del Canigó.
El sendero en todo momento con nieve acumulada, lo que dificulta un poco más si cabe esta etapa.
Vamos dejando huella en el sendero. Parece que nadie ha pasado por aquí tras la última nevada.
Puig Sec y el valle del centro son los Gourgs de Cady. Por ahí pasaremos mañana, para subir a las cimas que lo cierran.
Dejamos atrás la Porteille de Valmanya, a la que no hemos llegado pero casi.
El sendero este ya va directo en busca de la base de la pirámide cimera del Canigó.
Tenemos algún flanqueo delicado. Como no nos vamos a poner los crampones, hay que clavar cantos para evitar sustos.
Otro flanqueo con la nieve dura, de nuevo a extremar precauciones.
Alberto observando la chimenea y la Cresta de Quazemi o Gasamir.
Pasamos junto a la salida de la Brecha Durier, un corredor que sube por la otra vertiente.
Delante nuestro la chimenea. La cima del Canigó a su izquierda.
Seguimos en continuo flanqueo con bastante nieve.
Alberto en plena subida, con mucho desnivel acumulado ya en esta jornada.
Llegamos a la base de la chimenea.
Por detrás el Pla de Cady y las montañas que nos esperan mañana. Por la izquierda el Barbet, el primer pico que mañana ascenderemos.
Entramos en el corredor.
No hay huella así que toca ir buscando la mejor zona para subir en cada momento.
Se ven las marcas amarillas que, en seco, nos dicen por donde ir.
Alberto sigue mis pasos. Lo esperaré para subir más juntos, ya que hay piedras sueltas que pueden caer a mi paso.
Empieza la parte más inclinada y divertida. El gendarme guarda la chimenea.
Un pequeño descanso en esta repisa.
El gendarme que guarda la chimenea del Canigó.
En la parte más estrecha toca abrir huella en la nieve.
Luego me voy hacia las rocas de la izquierda de la chimenea, donde hay más agarres.
En plena cresta y ya cerca de salir de la chimenea, nos encontramos esta cruz.
La parte final de la chimenea. La nieve aquí escasea.
Trepando por las rocas evitando posibles placas de hielo.
La afiladísima cresta que baja hacia la Brecha Durier.
Alberto en el tramo final de la chimenea.
Vemos en su totalidad el Pic Barbet, el que primero subiremos mañana, y su tremenda pared norte que cae a plomo muchos metros.
Alberto saliendo de la chimenea.
Pic Barbet. Detrás el Mediterraneo.
Final de la chimenea, que nos deja a 10 pasos de la cima.
La torre con la rosa de los viento en la cima del Canigó y Alberto en la salida de la chimenea.
Cruz en la cima del Canigó.
Rosa de los vientos tapada por la nieve. Detrás el Mediterraneo en el Golfo de León.
Alberto en la cima del Canigó.
Y yo mismo en la cruz.
Un servidor en la cruz de la cima del Canigó. Por detrás el puñado de montañas, seis en total, que hay planeado subir mañana.
Cruz en la cima del Canigó.
Valle de Cady. En el centro ese pequeño vallecito, los Gourgs de Cady, por donde mañana accederemos al cordal.
Pic Barbet y cresta del mismo nombre.
Porteille de Valmanya por la izquierda. Gourgs de Cady en el centro. El vallecito está cerrado por el Tretzevents. Por la derecha el Puig Rojá. Todo eso lo recorreremos mañana.
Tretzevents y Gourgs de Cady por la izquierda. Puig Rojá por la derecha.
Canigó (2.784 m).
Otra más en la cima del Canigó.
Vistas hacia el Este. El Pic Barbet, con esa tremenda caída en vertical por esta vertiente. Lo que estamos viendo será el inicio de la ruta de mañana, desde la salida del bosque (izquierda de la foto) y toda la subida al Pic Barbet, hasta llegar a la cresta que nos llevará a la cima.
Hacia el NO los valles que descienden desde lo más alto del macizo.
Abajo el pueblo de Vernet-les-Bains. Al fondo el Pirineo oriental francés, zona del Capcir y Alta Cerdanya.
Vernet-les-Bains, pueblo por donde hay que pasar para subir al Col de Jou, inicio de la travesía que nos ocupa.
Prades, en el Valle de la Têt.
Desde la cima del Canigó excelentes vistas hacia el Mediterraneo.
En primer plano tenemos la Cresta del Gasamir o del Quazemi, que es el pico que hay al final de la cresta. Por la izquierda el Puig Rojá, uno de los que mañana subiremos. Por la derecha la zona de Vallter.
El descenso del Canigó lo haremos por la ruta normal que baja hacia el Pic Joffré, por esta ladera donde se puede ver el sendero.
Iniciamos el descenso!
Cuando te sales de la huella, pasa lo que pasa... jejeje.
Hay que buscar la huella! Pero... para qué hacerlo fácil, pudiendo complicarse? jejeje
Ahora si, seguimos el sendero aunque la nieve no es muy buena y está bastante resbaladizo.
Zigzagueando un poco en la parte alta de la ladera, para perder altura rápidamente.
Tras varias "zetas", encaramos definitivamente hacia el Norte.
A media ladera en busca del Pic Joffré.
Vista atrás, la huella que vamos dejando.
El sendero se dibuja bien nevado en la ladera.
Aunque la nieve está bastante húmeda, bajamos rápido pues no hay mucha acumulación.
Aquí el sendero se acerca a la cresta.
A medida que perdemos altura va menguando la cantidad de nieve que encontramos...
... aunque todo el sendero estará bien nevadito.
Vista atrás. El Canigó a contraluz.
El sendero sigue dirección Norte hasta llegar al Pic Joffré, justo donde empieza el bosque.
Alberto se acerca al Pic Joffré.
Llegando al Pic Joffré, así vemos el Canigó.
En el Pic Joffré.
Canigó desde el Pic Joffré.
Efectivamente, estamos en el Joffré, jeje.
Ahora debemos seguir por una ladera orientada al NE, donde parece que está acumulada toda la nieve que falta en el resto de la montaña. Sin ninguna huella más que la de algún animalito, cada paso es hundirse hasta la rodilla, como mínimo.
En ese replano del centro de la foto está el Refugio de Cortalets. No nos queda mucho... pero va ser muy complicado llegar por la gran acumulación de nieve en esta ladera.
Bajamos mirando de pisar encima de los arbustos, para no hundirnos hasta el fondo.
La montaña empieza a sumergirse en las sombras. Por la derecha el rellano donde está el refugio.
El sufrimiento termina al llegar al lago de els Estagnols. Está helado y no se ve correr agua por ningún sitio. Mala cosa, pues casi no nos queda agua en las botellas y teníamos esperanzas de encontrar algún arroyo.
Pic Barbet y Canigó. Entre ambos está la Brecha Durier.
Barbet y Canigó vistos desde el lago de les Estagnols.
Luego por un amplio sendero en pocos minutos llegaremos al Refugio de Cortalets. Agua no se ve por ningún sitio y ya nos hacemos a la idea que habrá que fundir nieve para poder beber.
Refugio de Cortalets. El pequeño es la parte libre, donde vamos a pasar la noche. El grande está cerrado en invierno.
Parte libre de Cortalets. Planta baja. Al fondo una estufa pequeñita, insuficiente para calentar la gran estancia.
Planta superior. Dormitorio de 19 plazas. Colchones pero sin mantas.
En el refugio grande hay un desfibrilador. Busco alguna gotera para que se vayan llenando un poco las botellas. Esto nos funcionó en Aiguestortes, pero aquí no hay gotera buena y apenas puedo llenar un cuarto de botella en mucho rato.
Disfrutaremos del atardecer sobre el Mediterraneo desde nuestra privilegiada posición.
Refugio de Cortalets.
Encendemos la mini-estufita y fundimos nieve. No hay troncos gordos ni hacha o sierra para cortarlos, así que nos calentamos a base de ramitas y piñas, que se consumen en seguida y hace que no podamos despistarnos pues en pocos minutos se apaga.
Desde la puerta del refugio disfrutamos de la puesta de sol sobre el Canigó.
Zoom al Canigó... magnífico!
Tras la cena junto a la estufita, nos vamos al piso superior a meternos dentro del saco. La jornada, arrastrando el mochilón pesado, pasa factura. Ahora toca descansar y recuperar fuerzas para la también dura jornada de mañana.
Buenas noches!!!
Genial, me encantado. Quiero subirlo en invierno por esta misma ruta y me has dado buena información.
ResponderEliminar