La Leyenda:
En tiempos remotos, hubo una guerra entre dioses y gigantes por el control del planeta. Después de que los dioses ganarán la batalla a los gigantes,
estos últimos tuvieron que esconderse en donde pudieron. De entre ellos, el más
terrible y malvado era Netu, que era pastor, y cualquier persona que se cruzara
en su camino era presa de su furia.
En Benasque sabían que cuando alguien no
volvía al día siguiente, ya no volvería jamás. Netu disfrutaba haciendo daño a
los demás. Un día, llego a Benasque un mendigo, que nunca protestaba por nada,
hacía los trabajos que le mandaban de buena gana y nunca se le oyó una queja. Por las tardes les contaba historias a niños y mayores, y por donde él pasaba
crecía la armonía.
Cuando ya la concordia había llegado a Benasque, el mendigo
decidió marcharse, atravesando las montañas, en donde estaba Netu. Los
benasqueses, que sabían que se encontraría con Netu forzosamente, intentaron
hacerle cambiar de idea, pero el mendigo lo tenía decidido. Además no pensaba
meterse con el gigante, así que no había motivo para que le hiciese nada.
Era un
verano abrasador, y mientras caminó por la orilla del río no tuvo ningún
problema para abastecerse de agua, pero en cuanto gano altura, empezó a tener
más problemas. Además se había quedado sin comida. Ya agotado vio a lo lejos un
rebaño, y pensó que si allí estaban las ovejas, habría agua y además podría
ayudar a los pastores a cambio de comida. Pero era el rebaño de Netu y no quiso
darle agua ni comida. Netu dijo que era para sus rebaños, y no para mendigos.
Entonces el mendigo le respondió: “Tienes el corazón duro como la piedra, ojalá
todo tú te conviertas en piedra”. Desde ese momento Netu se quedo convertido en
piedra, en el Pico del Aneto. Las gentes de la montaña dicen que el peregrino
era Dios.
La ruta:
Ruta plenamente invernal, con buen grosor de nieve polvo nada más salir del coche en los Llanos del Hospital.
Empiezo de noche, a las 5 de la mañana, y al poco rato me pasan 4 esquiadores que también suben al Aneto y que han salido del hotel. Aprovecho su huella, pues ayer nevó y yo voy únicamente con crampones y me cuesta mucho avanzar.
En vez de ir a buscar el Refugio de la Renclusa, empiezan a flanquear la ladera Este del Pico de Paderna en fuerte subida a base de zig-zags, y cuando se hace de dia y me quiero dar cuenta, ya estamos con algo de altura ganada sobre el Refugio.
Empezamos a subir la eterna pala que nos deberá llevar hasta el paso del Portillón superior. Hay ahora bastante gente que ha salido del refugio, se ve ambientillo montañero pues hace un dia estupendo, ni una nube y sin viento.
Llegamos al paso del Portillón superior, fuerte pero corta bajada y la emprendemos con la larga travesía por el glaciar del Aneto.
Al llegar al Collado de Coronas empieza la subida por la pala final, la más empinada de toda la ruta. Nos deja en la antecima, justo al inicio del Puente o Paso de Mahoma. Este paso presenta un aspecto muy complicado, con mucha nieve, y pocos osan cruzarlo.
Para bajar, descenso largo y fuerte hasta el Plan d'Aigualluts, donde luego el terreno se vuelve bastante llano. No tardaré en llegar al Refugio de la Besurta, donde ya, a través de pistas de esquí de fondo, sin ninguna complicación terminaré la ruta en los Llanos del Hospital, justo 12 horas después de haber empezado.
Tras hacer algo más de una hora en completa oscuridad, únicamente con la luz de mi frontal y la luz de la luna, empieza a amanecer y me doy cuenta de que ya estoy por encima del Refugio de la Renclusa. Parece que los 4 esquiadores que me adelantaron en plena noche sabían bien por donde iban.
Buen grosor de nieve polvo, recién caída ayer por la tarde-noche. Muy bonito, sí, pero terriblemente problemático para mí, que voy únicamente con los crampones.
Voy siguiendo la huella, que me llevará directamente a la eterna pala que sube hacia los Portillones.
El sol empieza a calentar la cresta de las Maladetas.
Este es el camino por el que subiré hacia el Portillón Superior. Los que salen del Refugio de la Renclusa suelen subir por el camino de verano, que es la pala que queda a la izquierda de ésta. De todas formas, ambas rutas se juntan antes del paso del Portillón. Por la pala de la derecha, la que vemos, vamos subiendo otros grupitos. Bueno, excepto uno que baja... un chico catalán que va en solitario y con raquetas. Me comenta que hay demasiada nieve polvo y que es muy difícil avanzar, que ya volverá otro dia. Yo estoy a punto de volverme con él, pero las ganas de ver el Aneto son mayores y decido llegar al menos hasta el paso del Portillón, para poder ver la montaña con mis propios ojos.
Aquí vemos ambas rutas, unos cuantos suben por la izquierda de la imagen y nosotros por la parte derecha, como si fuéramos al Glaciar de la Maladeta. La nuestra es una zona más abierta, menos embudo y menos riesgo de aludes.
En el fondo del valle queda el Refugio de la Renclusa.
El Pico de Paderna.
Siguiendo la huella de los montañeros que me preceden, todos ellos con esquís.
Nos vamos situando a la altura del Pico de Paderna y detrás aparece el Salvaguardia.
Primeros rayos de sol de una mañana que se presenta ideal pues no hay ni una sola nube.
Ascendiendo en dirección a la Maladeta, aunque luego giraremos hacia la izquierda para ir al paso del Portillón.
Profunda la huella, no es difícil imaginarse lo que cuesta avanzar por aquí sin raquetas o esquís. A la izquierda la cresta de los Portillones, que deberemos atravesar. En frente, las imponentes Maladetas con el Diente de la Maladeta algo por delante.
La fila de montañeros empieza a tomar rumbo hacia la cresta de los Portillones, buscando el paso natural.
Montañero vigilado por el Salvaguardia.
Puro Pirineo! Delante vemos el Pico de Paderna y por detrás destacan el Salvaguardia y el Pico de la Mina.
Pico de Paderna y dos montañeros ascendiendo hacia el Portillón superior.
Esta pala no se termina nunca.
Y cada vez más grosor de nieve polvo. Si no fuera por el dia tan radiante que hace ya me habría dado media vuelta, porque esto te mina las fuerzas a pasos agigantados. Pero voy con la idea de llegar al paso del Portillón y luego, si acaso, me doy la vuelta.
Vemos donde se juntan los dos caminos de subida. Estamos muy cerca del paso del Portillón.
A partir de aquí, todos a seguir la misma huella.
Llego al paso del Portillón superior...
... y miro por última vez atrás porque...
... al asomarme al otro lado, por primera vez puedo ver en directo al Aneto. Es un gran momento. El Aneto es el pico del final, los anteriores son el Pico de Coronas y el Pico Maldito. Hasta llegar al Aneto, tenemos una larga travesía de 4 kilómetros por el glaciar del Aneto. Decido que si he llegado hasta aquí, siempre en subida, ahora que viene este tramo bastante llano más difícil no será, así que vamos a intentarlo!
Parece que está cerca... pero son 4 kilómetros donde vamos a ganar poca altura.
Los primeros, los que van abriendo huella. Al final el Aneto nos espera a todos. Y a su lado, el Pico de Coronas.
Miro atrás para ver la cresta de los Portillones y el paso del Portillón superior por donde hemos accedido a la zona del glaciar.
La gente baja del paso hacia el glaciar, en la zona posiblemente más comprometida de toda la ruta. Es una bajada muy corta pero con mucha pendiente y conviene asegurar bien cada paso.
Aneto, Coronas y Maldito. Bajo ellos y bajo la enorme capa de nieve, el glaciar del Aneto.
En plena travesía vamos desfilando esta soleada mañana con un blanquísimo telón de fondo.
Pico Maldito en el centro de la imagen, tras él el Coronas y, finalmente, el Aneto.
La cresta de los Portillones cada vez más lejana.
Ala... que pasada!
Una pausa en el camino para hacer un rato de charla con estos montañeros. Aun no son las 11 de la mañana, no hay prisa.
Mientras tanto, los primeros ya hacen cumbre.
Profundísima la huella que han ido dejando los que han pasado antes que yo. a pesar de todo, me sigo hundiendo cosa mala y hay alguna zona concreta que debo pasar a cuatro patas con las rodillas sobre la nieve, pues me hundo tanto que de pie me es imposible.
Paso bajo el Pico de Coronas y ahora sí que ya empiezo a tener a tiro al gigante. Me estoy acercando al Collado de Coronas.
Vistas desde el Collado de Coronas, mientras sigue viniendo gente.
Dejo atrás el Collado de Coronas y me aproximo a la pala final, la más empinada de toda la ruta.
Muy dura, con el agravante que ya estamos muy por encima de los 3.000 metros de altitud y se nota la falta de oxígeno.
Empezando la pala final del Aneto.
Al fondo la cresta de los Portillones y los cuatro kilómetros de travesía sobre el glaciar que ya he realizado. Por la derecha veo la que será la ruta de bajada.
Subiendo hacia el Aneto.
Pasos cortos, guardando todas las fuerzas posibles.
Montañeros en la parte final de la subida al Aneto.
A la vista la antecima, el final de la subida, la cola para pasar el Puente de Mahoma.
Una montañera francesa solitaria sufriendo esta pala final.
El Pico de la Maladeta, del que se desprende la cresta de los Portillones.
Esto es lo que me queda para la cima. Por suerte, hay huella de alguien que ha subido este tramo con crampones y siguiéndola voy mucho más descansado, si es que puede decirse así.
Llegando a la antecima del Aneto...
... observo que el Paso de Mahoma está muy complicado, con bastante nieve. Poca gente pasa, y los que lo hacen van encordados. La mayoría nos quedaremos aquí en la antecima.
Apenas 30 metros nos separan de la cruz, pero aquí también lo damos por bueno sin ningún tipo de remordimiento.
Los más osados, atravesando el Puente de Mahoma.
Y aquí en la antecima el resto observando...
... porque no está la cosa como para meterse si te lo piensas un poco.
Aneto (3.404 m), techo del Pirineo.
Vemos el Coronas en primer plano, le sigue el Maldito y finalmente la Maladeta.
Vistas hacia el Este, se termina el Pirineo oscense y empieza el Pirineo catalán.
Pero el gigante Aneto es dominador sobre todos ellos.
La enorme cruz de la cima casi cubierta por la nieve.
Empezamos a disfrutar de picos por todas partes...
... como el Posets, el segundo pico más alto del Pirineo, que no queda muy lejos de aquí.
Y los valles que están cubiertos por las nubes bajas. Ahi abajo debe estar Bagneres de Luchon.
El Cagire francés.
Hacia el Oeste, por donde hemos llegado hasta aquí.
Autofoto!
Antes de empezar a bajar, me acerco de nuevo al inicio del Paso de Mahoma... me lo miro... me lo pienso... no, hoy no. Otro dia será!
Al fondo, el macizo del Cotiella, donde ayer intenté subir sin conseguirlo.
El Turbón, conquistado hace muy pocas semanas.
El Gallinero.
El Salvaguardia en primer plano y detrás territorio francés.
Hora de empezar a mirar hacia abajo.
La cresta del Maldito hacia la Maladeta.
Y de nuevo el Cagire y la zona de la estación de esquí de Le Mourtis, en el Col de Menté.
Descendiendo con el Salvaguardia delante, mientras siguen subiendo montañeros.
Descenderé por todo el glaciar hacia ese valle que se ve en la zona derecha de la imagen.
Hacia abajo pues! A buscar el Vall de Barrancs y el Plan d'Aigualluts.
Las huellas de unos raqueteros que van por delante no impiden que me hunda hasta la rodilla en este descenso que en absoluto me servirá para descansar.
La Tuca Blanca de Pomero se alza sobre el Plan d'Aigualluts.
Una bajada larguísima, donde en primer lugar deberé ir a buscar la falda del Pic de Barrancs, el que tengo justo en frente.
Siguiendo la huella de esquiadores, pues la pareja de raqueteros quedaron atrás descansando ya hace un rato.
Empiezo a ver el Plan d'Aigualluts.
Vista atrás para ver la larguísima bajada por el glaciar del Aneto y la cantidad de nieve que hay en esta zona.
La bajada empieza a encajonarse...
... y llego a la altura de los primeros árboles.
Muy cerquita del Plan d'Aigualluts.
Al llegar aquí, se termina la bajada y aunque el terreno seguirá con tendencia a bajar, habrá alguna corta zona de subida y muchos flanqueos.
Hay movimiento bajo la Tuca Blanca de Pomero.
Plan d'Aigualluts, donde se unen el Riu de l'Escaleta y el Riu de Barrancs y forman el nacimiento del Rio Ésera.
Al final de esta zona llana está el Forau d'Aigualluts. En este punto, las aguas que bajan del glaciar del aneto desaparecen bajo tierra y no vuelven a salir hasta el Vall d'Arán, en los Uelhs deth Joeu, a 3.6 kilómetros de distancia en linea recta.
Descendiendo el Plan d'Aigualluts.
Levemente desciendo mientras atrás queda el Pic de Barrancs.
Vuelve a aparecer la esquiadora francesa solitaria que antes me encontré subiendo la pala final del Aneto. Debe ir tan hecha polvo como yo, porque en las bajadas me pasa pero a la que viene una mínima subida se para a descansar y la paso yo. Y así vamos, jeje.
Cerca del Refugio de la Besurta me vuelve a pasar ella...
... y cuando tenemos el refu a la vista, en el último flanqueo, se pega un talegazo que me asusta un poco porque se tira un buen rato sin moverse en el suelo. Me acerco y entonces ya empieza a levantarse y me dice que está bien, que solamente le duele un poco la rodilla.
Poco antes de la Besurta entramos en zona de pistas de esquí de fondo, que ya no abandonaremos hasta terminar la ruta.
Un puente sobre el Ésera y detrás la cresta de los Portillones.
Refugio de la Besurta.
Y por fin un sitio donde poder coger agua, que voy muerto de sed. La botella de litro y medio que llevo hace rato que está seca.
Tras el refu, siempre por pistas perfectamente pisadas bajaré hasta el Plan d'Están...
... y seguiré observando el macizo de las Maladetas.
Un terreno muy cómodo, si no fuera por los pies doloridos tras más de 11 horas pisando nieve.
Sobre la pista por donde bajan los últimos de la tarde, la Tuca de Literola y el Pico de Remuñé.
La Tuca del Puerto Viello algo más a nuestra derecha.
La siguiente zona por donde pasaré será el Plan d'Abaixo.
Preciosa esta zona del Plan d'Abaixo.
Avanzando siempre bajo la Tuca del Puerto Viello y las 3 cimas secundarias que la separán del Pic d'Estauas.
De nuevo la Tuca de Literola y el Pico de Remuñé cerrándonos por el Oeste.
Último vistazo a la impresionante Tuca del Puerto Viello...
... antes de pasar junto al Hotel Hospital de Benasque...
... y dar por finalizada esta impresionante ruta de 12 horas a orillas del Ésera. Empezé a las 5 de la mañana, y a las 5 de la tarde termino. Un domingo muy bien aprovechado, jeje.
Y esto ha sido todo... hasta la próxima!!!
Otro reportaje espectacular.
ResponderEliminarEnhorabuena por la conquista del techo del Pirineo.
Por curiosidad, qué se te hace más duro: ¿estas 9 horas de ascensión o una ruta de 9 horas sobre la bicicleta?.
Un saludo
Rokosovsky
Pues sin duda estas horas de ascensión, porque la musculatura no la tengo tan acostumbrada como la que trabaja en la bici, y también porque termino con los pies bastante fastidiados.
ResponderEliminarSaludos!!!