Ruta alforjera zaragozana: Al norte del Ebro (III)

A las 5.30 de la mañana suena el despertador y da inicio la última jornada de esta trilogía. Un desayuno, cosa rara ya que a las horas que empiezo las etapas aun no hay nadie levantado en ningún sitio, pero como ya lo tenía preparado de la noche anterior, pues me pude dar el gustazo. Lo que no me desayuné, a las alforjas, de avituallamiento para el camino.

Empiezo a pedalear algo pasadas las 6 de la mañana, en noche sin luna, despejada, ventosa, fria y solitaria. Cuando llevo media hora, veo que algo brilla delante mio en la cuneta. Al acercarme veo que es un hombre con un chaleco reflectante. Está quieto, de pie, no se que hace ahí, será quizás un pastor...o no. Lo miro, me mira, sigo mi camino pero apretando un poco, por si acaso.

Me empieza a clarear cuando llego a Luesia.

Ahora tengo 35 kms con viento a favor hasta llegar a Ejea de los Caballeros. Muchísimo frio, tanto descenso y a temperatura bajo cero acaba con mi calor corporal y las extremidades sufren de lo lindo.

Aquí me acerco a Farasdues, antes aun de llegar a Ejea.

Llegando a Ejea, asoma el sol y aprieta el frio y el viento.



Vienen ahora larguísimas rectas, con viento bastante favorable aunque algo lateral.



Me acerco a un huerto solar, y a lo lejos veo el montículo del primer puerto del dia, el Santuario de Sancho Abarca.



Dejo la general y cojo una secundaria, donde desaparece el tráfico pero no las interminables rectas. La diferencia es que ahora, en vez de llanas, son en toboganes continuos.



Dejo también la carretera secundaria y cojo una completamente solitaria, para acercarme al puerto. Siguen las rectas ahora con viento totalmente de cara.



A falta de algo más de 5 kms se acaba el asfalto y el camino se torna de tierra.



Con la tierra empieza la subida dura, amenizada por un viento que, cuanto más arriba, más feroz.



Ahora tengo el Santuario a la vista, ya bastante más cerca.



Al ser terreno de llanura, las vistas, en un dia soleado y ventoso como hoy, son inmensas.



La pista de tierra no ofrece demasiada complicación, con unos neumáticos de 25 y buena protección antipinchazos no tuve ningún problema.



Desde la cima, una vista de las Bárdenas, ya en tierra navarra. El Santuario es frontera entre Aragón y Navarra.



Otra vista de las Bárdenas, con esas formas caprichosas.



El Santuario está en fase de rehabilitación. El viento es tan fuerte que me arrastra la bici, que barbaridad!



Una panorámica desde el mirador del Santuario, ahora mirando a la parte aragonesa.



Bajando, una foto a la cueva con la virgen.



Y veo que hay restos de nieve en los lados del camino.



Tras retomar la general, llego a Tauste, la última de las "Cinco Villas" que me faltaba por transitar. Han sido Sos, Uncastillo, Sádaba, Ejea y Tauste. Objetivo cumplido!!!



Ahora tengo por delante 60 kms en los que solamente pasaré por un pueblo. Soledad.



Entre tanto desierto, ver esto alegra un poco.



Sigo pedaleando enmedio de la nada, empujado por el viento.



La explicación a las zonas verdes que salpican el recorrido. Si no fuera por esto, todo sería ocre.



Me acerco al único pueblo, Castejón de Valdejasa.



Tras Castejón empieza el puerto de San Esteban.



En la parte alta, está quemado.



Panorámica desde la cima de San Esteban, donde me cruzé con varios vehiculos militares.



La bajada, por unas rectas inmensas, entre campos que no se ve el final, y con el viento empujando cosa mala.



La bici se pone a 50 km/h ella sola, hay que tirar de freno, la prudencia ante todo.



Llego a Villanueva de Gállego y tengo que ir hasta San Mateo para poder cruzar el Rio Gállego. O eso o ir a Zaragoza, y con ese vendaval de costado prefiero ir donde haya menos tránsito, osea al norte.

Luego sobre el plano tenía que ir hasta Zaragoza por Peñaflor, pero mirando hacia alli se veia que estaba cayendo una buena, asi que cambio de planes y me voy hacia Leciñena.



Pero no me voy a escapar... Tras Leciñena, llegando a Perdiguera, me pilla el temporal de viento y nieve. De aquí hasta el final, todo lo que me cayó fue nieve, ni una gota de agua.



Tras Perdiguera, entro en Monegros y en zona nuevamente de viento a favor, ahora ya hasta el final, alternando nevadas con ratos de sol.



De nuevo rectas infinitas y únicamente 2 pueblos en 60 kms.



Se ve feo por ahi arriba... suerte que yo lo pasaré un poco escorado.



Me acerco a Farlete, uno de los 2 pueblos que me separan de meta.



Atravieso Farlete, previamente he pillado otra nevadita, suerte que no es demasiado intensa y no cuaja.



Sorprende una carretera tan buena enmedio de este desierto.



Sensación de desamparo, y encima este viaje lo hice sin el mp3...



Me acerco a Monegrillo y vuelve a nevar.



Tras Monegrillo la nevada se acentúa, y me acojona pensar que pueda no parar y cuajar en la carretera, aun me quedan más de 20 kms para meta.



Pero el terrible vendaval, de pronto, se lleva las nubes, y queda un dia espléndido... creer para ver!



Sol y campos verdes... hace menos de 10 minutos estaba enmedio de un desierto ocre y nevando.



El cartelito me recuerda dónde estoy.



Tenía ganas de recorrerme Los Monegros sobre la bici, ahora ya lo borro de tareas pendientes.



Casi casi la última recta, que me ha de llevar a meta en La Almolda.



Y antes de llegar, aun tengo que pasar por campos de olivos!


Enorme!!!


Llego a La Almolda mientras el campanario da las 5. Me encuentro a los niños saliendo de la escuela, que me miran medio extrañados.



Y para llegar al coche, debo subir todo el pueblo hasta el ayuntamiento, en la zona alta.

Y así termina esta ruta alforjera, donde el viento me ha fastidiado unos cuantos "puntos de interés" pero no me puedo quejar de todo lo que he conocido.

Me queda un buen sabor de boca, y doy ya por conocida la provincia de Zaragoza. Desde hoy, siempre la asociaré con el viento, jejeje.

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