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domingo, 26 de agosto de 2012

Ascensión a Sant Jeroni (1.236 m)


Ayer me compré unas buenas botas para empezar a hacer montaña. Ahora toca estrenarlas, para comprobar que no me produzcan rozaduras y ver qué tal me siento con ellas. Como esta tarde tengo que trabajar, me quedaré cerca de casa, y en estos casos lo tengo bastante claro: la Montaña de Montserrat.

Iré a subir a Sant Jeroni, el punto más alto de la cordillera. Para evitar pagar los 5€ que cuesta subir con el coche hasta cerca del Monasterio, lo dejaré aparcado en una pequeña explanada que hay antes de la barrera del párking (hay que ir muy temprano para coger sitio) y subiré caminando el kilómetro y poco de asfalto.

Llego al Monasterio que todavía no ha asomado el sol.


La Miranda de Santa Magdalena, en la punta podemos intuir la cruz.


Desde la estación del cremallera iremos hasta la Plaza Abad Oliva, y ahí tomaremos las escaleras que nos dejan en este cruce bien señalizado. Nosotros hacia la derecha, hacia Sant Jeroni por las "Escaleras de los Pobres".


Más de 800 peldaños nos vamos a encontrar desde aquí hasta la cima de Sant Jeroni. Bien pegados a la roca y entre unos magníficos bosques de encinas.


Muchos tramos están protegidos con barandillas, pues pasan muchísimas personas por aquí. Los primeros rayos de sol empiezan a calentar las montañas y nos ofrecen unos bellos tonos rojizos.


Seguimos subiendo escaleras y remontando el Torrent de Santa María.


Un paso angosto: el Pas dels Francesos.


Ahora tenemos ante nosotros la región denominada Los Gorros. Por orden, de izquierda a derecha, se llaman: Gorra Marinera, Magdalena Inferior, Magdalena Superior, Gorra Frigia y el Trencabarrals que queda algo más adelantado hacia nuestra posición.


Acariciaremos la base de esta imponente mole: la Panxa del Bisbe (panza del obispo).


Seguimos subiendo y de vez en cuando miramos hacia atrás pues las vistas empiezan a extenderse. En el centro, se recorta la silueta de Los Gorros.





Tras un rato de caminar por bosque, llego a la Ermita de Sant Jeroni.


Y el camino sigue en subida, afrontando la parte final del ascenso.


Tengo a la vista la cima, ya no me queda mucho por subir.


Un pequeño mirador antes de llegar a las últimas escaleras nos permite relajarnos unos minutos.


Las antenas, en una cima próxima.


Este es el último tramo de escaleras...


... que nos dejará en la cima de Sant Jeroni.


Sin duda, la parte más espectacular de toda la subida, este final.


Sant Jeroni (1.236 m). A la izquierda tenemos el vértice geodésico y, tras él, la región de Los Ecos: Les Talaies, El Camell, el Coll de Migdia y la Parets dels Ecos


Hacia el NE, los Pirineos al fondo.


Hacia el NO, más Pirineos, aunque sin nieve cuestan más de ver.


A la izquierda, Els Flautats. A la derecha, Los Gorros.

Media vuelta y para abajo. De principio el camino de vuelta será el mismo por el que subí, pero después de pasar por la Ermita de Sant Jeroni llegaré a un cruce y ahora tomaré el camino de la derecha, que me bajará al Monasterio por el Pla de les Tarántules y la Estación superior del funicular.


Dando un vistazo hacia atrás, vemos la torre de comunicaciones pero lo que mas destaca, a la derecha, es el Cavall Bernat


Bajaremos por las faldas de Los Gorros. El primero es la Gorra Frigia.


Grandes vistas desde aquí arriba.


La torre de comunicaciones sobre el Serrat del Moro y a la derecha, destacando como siempre, el Cavall Bernat.


Pasando bajo la Gorra Frigia


El Trencabarrals en primer plano. Al fondo ya puedo ver el Monasterio.


Pasando a tocar las paredes de todos Los Gorros.


Vamos dejando atrás toda esa zona de Los Gorros, mientras en el centro podemos ver la Panxa del Bisbe, que hicimos en el camino de subida. a la derecha, La Momieta,La Prenyada, L'Elefant, La Momia y Els Flautats.


Llegando a la Estación superior del funicular de Sant Joan en el llamado Pla de les Tarántules y lo voy dejando atrás.


Hacia el Oeste, la Serra de Sant Joan.


Hacia el sur.


Paso ahora por la Ermita de Sant Miquel.


Y llegamos enseguida a la zona "urbanizada" cercana al Monasterio.


Bastante gente, lógico al ser un domingo del mes de agosto.


La Basílica de la Mare de Deu de Montserrat.


Ya solamente me queda hacer ese kilómetro y pico por todo el enorme párking...


... disfrutando de las vistas sobre Monistrol de Montserrat y el valle del Llobregat, con el Pirineo al fondo.


Llego al coche y no puedo irme sin antes tomar una panorámica con el Monasterio de Sant Benet y los paredones de la Montaña de Montserrat.


Y eso ha sido todo! Un buen estreno de botas, pues terminé sin ningun roce ni dolor de pies. Buenos ratos me van a dar esas botas...

miércoles, 22 de agosto de 2012

Ruta alforjera por el Pirineo abrasador: Parque Natural de Posets-Maladeta




Como suele suceder, cuando estoy en lo mejor del sueño suena el despertador. Tras estas palizas, 8 horas de descanso no llegan a ser suficientes. Estiro brazos y piernas antes de incorporarme y noto las piernas cansadas... pero por nada del mundo se me pasa por la cabeza quedarme en la cama un rato más. Me espera otra etapa a la que le tengo muchas ganas, y para disfrutarla a tope debo levantarme y empezar muy pronto. Así me evitaré apretones tontos y podré ir con toda la calma.

Me como unas cuantas madalenas de la bolsa y me bebo todo el zumo. Me visto con toda la ropa que llevo, luego a medida que apriete el calor ya me iré quitando cosas. Los 19º C que hace en la calle a estas horas de la todavía noche son muy agradables.

De noche voy subiendo siguiendo el curso del rio Cinqueta, por el Valle de Gistain. Paso por Plan, por San Juan de Plan y en el tramo final de subida a Gistain ya pueden empezar a hacerse fotos aceptables.


El tramo de San Juan de Plan hasta el pueblo de Gistain es donde nos encontraremos las rampas más duras.


Alcanzando la población de Gistain, ya tocando al Parque Natural de Posets-Maladeta.


Desde Gistain, buenas vistas del macizo del Cotiella.


Buena caida vertical la que tenemos desde Gistain hasta San Juan de Plan. Las montañas de detrás del pueblo ya son Parque Natural.


Descendiendo por donde subí, paso por Plan, núcleo que pasó a ser famoso a raíz de la "petición de mujeres" que hicieron los mozos, ocasionando una “caravana de mujeres”. Muchas áreas de montaña, aisladas como ésta, han sufrido una fuerte emigración desde mediados del siglo XX, que ha sido más acusada en las mujeres, produciendo un despoblamiento y un desequilibrio entre sexos.


... y puedo observar con buena luz lo que antes hice en la oscuridad.


El Embalse de Plandescún.


Y entro en la parte más espectacular del valle, el Paso de la Inclusa. Varios túneles hacen posible atravesar este estrechamiento del valle, en el que destacan los tremendos murallones calizos de la Peña de Artiés.





Desemboco donde comenzé, en la carretera general que va de Ainsa al Túnel de Bielsa, en este puente sobre el rio Cinca.


El hotelito donde pasé la noche.


Ahora vendrá terreno descendente sin apartarme un ápice del rio Cinca, hasta llegar a Ainsa.


Pasando por el Desfiladero de las Devotas.


Muy poca agua lleva el Cinca en esta su parte alta.


La silueta de la Peña Montañesa se recorta a contraluz.


Voy dejando atrás los Pirineos, aunque luego volveré a ellos por otro valle.


Pasando por Labuerda, donde destaca la torre de la Iglesia de San Sebastián.


Y ahora pasando junto al cámping donde cada verano venimos a pasar unos dias en familia.


En Ainsa, vuelvo a cruzar el Cinca. Ahora iré en dirección este, a buscar el otro rio importante de Huesca, el Ésera.


Pero entre ambos, una dificultad, el Puerto de Foradada. Dejo atrás Ainsa y empiezo con la primera cuesta.


La carretera es muy ancha y no hay sombras. Pasa un poco de las 9 de la mañana y el termómetro ya marca los 30º C. Hoy volveré a cocerme fijo.


La Sierra Ferrera casi en su totalidad, rematada por su punto más alto, la Peña Montañesa, rozando los 2.300 metros de altitud.


Una subida que no es muy larga pero resulta monótona pues el paisaje siempre es lo mismo.


El monumento de las lanzas metálicas clavadas en el suelo nos indica la inmediatez del Puerto de Foradada.


En rápido descenso, dejaremos atrás el pueblo de Foradada del Toscar.


Nos encontramos ahora en el valle del Ésera. En la primera población por la que paso, que es Campo, no dudo en recoger un buen avituallamiento.


Voy a ir durante muchos kilómetros remontando el curso del Ésera.





Me acerco al Congosto de Ventamillo. Hasta aquí llegaba, hace 40.000 años, el glaciar del Ésera. Era una masa de hielo que alcanzaba los 36 kms de longitud, empezando en el Circo Mulleres y llegando hasta aquí.





La acción erosiva del rio fué haciendo trabajo, como podemos observar.








Salgo del Congosto y el Valle de Benasque se abre ante mí en toda su amplitud.


Camino de Benasque, excelente carretera...


... y refrescante el paso junto al Embalse de Linsoles, en Eriste.


A punto de llegar a Benasque, pronto la carretera mirará hacia arriba con mayor decisión.


Paso Benasque y doy inicio a la ascensión hasta el Refugio de La Besurta. Serán 15,5 kms a algo más del 5% de media. La subida consiste en ir remontando, de principio a fin, el curso del rio Ésera.


Todas las montañas que flanquean la carretera, tanto a un lado como al otro, son Parque Natural de Posets-Maladeta.


El Embalse de Paso Nuevo.


Galerías anti-avalanchas protegen esta carretera.


La carretera no es muy buena, pero el paisaje que nos rodea, de lo mejorcito del Pirineo, nos hace olvidar ese tema.





El Plan de Turpí y, encima, los Baños de Benasque, un hotel balneario.


Agua no falta, cascadas que bajan por el margen izquierdo de la carretera.


Llegamos al cruce que nos lleva al Hospital de Benasque. Son unos kilómetros por pista de cemento, muy desagradables de hacer con la bici de carretera. Aquí estoy terminando este tramo de cemento, en un enorme párking para vehículos. En verano, los coches deben aparcar aquí y para seguir hasta La Besurta hay que ir caminando o coger un bus que pasa cada media hora más o menos.


El Plan de l'Espital y los picos que hacen frontera con Francia.


Ahora la carretera ha mejorado mucho y doy inicio al tramo final de ascensión a La Besurta.


El Hospital de Benasque, hotel y estación de esquí nórdico. Es la puerta a lo mejor del Pirineo. 60 picos de más de 3.000 metros (Aneto incluido) a nuestro alcance desde aquí.


Por esta carretera donde sé que no pasará ningún coche (solo el autobús que viene y va) sigo con mi subida.


Llego a otros llanos, el Plan d'Abaixo. Estos kilómetros finales son, de largo, lo mejor de toda la ruta.








Y, desgraciadamente porque estaba disfrutando mucho, llego al Refugio de La Besurta, donde se termina la carretera.


Detrás, el Macizo de las Maladetas. El Aneto quedaría a la izquierda de la foto, pero no se ve desde aquí abajo.


En el Refugio, muchísima gente, disfrutando de este paraje.


Llega la hora de dar media vuelta y volver a Benasque, pues aun queda mucha etapa que hacer. Pese a ser el mismo camino que hice para subir, no puedo evitar volver a parar y hacer fotos. Esta zona me ha calado hondo, y tengo muchas ganas de volver, pero sin bici...











Justo antes de llegar a Benasque, está el desvío que sube a la Estación de Esquí de Cerler. Allá que voy!


Dejo Benasque abajo y emprendo esta subida de 12 kilómetros al 6,1% de media. Los 42ºC que estoy sufriendo aquí es la temperatura más alta de la etapa de hoy.


A media subida paso por Cerler, considerado el pueblo más alto del Pirineo aragonés, pues se halla enclavado a 1.540 metros de altitud.


No tardaremos en dejar abajo el pueblo de Cerler, mientras nos encaminamos hacia lo más alto de la Estación de Esquí.


Una subida que a mi personalmente me gustó muchísimo, casi tanto como la anterior. Los paisajes son soberbios.


Cerler cada vez más abajo.


La carretera ancha y en buen estado invita a correr.. pero no debo, pues aun me quedan algunos puertos más antes de finalizar y hay que guardar fuerzas.


Uauuu!!!


Una corta bajada, de menos de un kilómetro, antes de emprender el tramo final.








Por fin, la llegada a la cima, en el mismo corazón del Circo de Ampriu.


Me muero de sed y una cocacola no estaría mal, pero a 2,5€ la lata va a ser que me amorraré a los lavabos y me hartaré de agua.


El edificio de donde salen los telesillas que suben a la gente para que luego bajen tranquilamente paseando o se den una vuelta por las cumbres.


Descenso hasta Benasque, donde empieza la parte menos agradable de la etapa. Me quedan cerca de 100 kilómetros pero todo lo atractivo ya esté hecho, y buena parte de lo que me queda ya me lo sé de memoria. Además, se me hará de noche antes de terminar. Pero nada, es lo que hay... valor y al toro!


Bajo hasta Castejón de Sos, donde empieza el encadenado Coll de Fadas - Coll de Espina. Tampoco es ninguna broma, pues el Coll de Fadas son 11 kilómetros al 5,3% de media, y ya voy muy castigado por lo acumulado en estos dias y por el calor.


Enormes árboles flanqueando la carretera en el inicio del puerto.


Adentrándonos en la Sierra de Urmella, el ambiente propio del atardecer se hace cada vez más latente.








Coronando este Coll de Fadas y dispuesto a un breve descenso, antes de enlazar la subida al Coll de Espina.





En esta zona ya voy apretando sin reservar, pues la intención es que la noche me pille lo más lejos posible.


Subiendo a LasPaules o Coll de Espina.


En Laspaules pregunto por una fuente, y me envian al camping. Entro y, en efecto, hay una fuente donde con sumo gusto me doy el último remojón y lleno el bidón.


Descenso del Coll de Espina hacia el Pont de Suert.


Castarné, ahí colgado sobre el peñasco. Solamente 20 habitantes.


Llego al valle de la Noguera Ribagorzana, a pocos kilómetros de el Pont de Suert.


En el Pont de Suert, último avituallamiento en la gasolinera y a repetir el tramo que ya hice el primer dia, subiendo Viu y Perves.


El primero, Viu, lo subiré a tope (dentro de mis posibilidades, jeje) para coronarlo de dia...


... cosa que consigo, pero por poco.


Subiendo Perves, ya debo ponerme el frontal y esta fotografía engaña, pues está hecha en modo nocturno. Es necesario ir con luz en estos momentos.


La bajada de Perves hasta Senterada de noche. Pasan algunos coches, que se extrañan al verme y ponen las largas para ver qué soy realmente cuando están cerca mio, cosa que jode mucho pues deslumbran. Por suerte, la carretera es buena y no es necesario darle mucho al freno.

Llego al coche algo antes de las 10 de la noche, muy satisfecho de estos 3 dias de cicloturismo que he podido disfrutar, y pensando en la próxima aventura alforjera que hace tiempo tengo planeada.

No tardaré en perpetrarla. De hecho, cuando estoy escribiendo esta crónica ya está realizada, jeje. Pero eso, ya lo contaré más adelante.

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