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domingo, 24 de junio de 2012

The Italian Job, la traca final: Mont Cenis, Finestre y Sestriere


Domingo, dia de San Juan. No parece que aquí en Italia sea costumbre celebrar la verbena, o al menos yo no oí ningún petardo ni nada parecido durante la noche. Como hay que mantenerse fiel a las tradiciones, yo que soy español me voy a montar mi propia traca cicloturista, la "traca final". Tres puertos, dos de ellos puertazos, para la última etapa larga de este "stage".

Como siempre, el despertador suena a las 4.20 de la mañana y a las 5 estoy montado en la bici. Pero hoy hay nubes, por lo que la luz es tan escasa que debo coger el frontal para empezar la etapa. Sabia decisión! Nada mas salir de Cesana-Torinese, en la rotonda hay un contro de los carabineri esos. Me miran cuando ven mi lucecita, se me quedan mirando cuando pasao a su lado, pero ninguno me dice nada. Bien!

Voy a empezar con cerca de 40 kilómetros con tendencia a bajar, así que he salido con toda la ropa de abrigo, que luego meteré en el zurrón. Descendiendo estos 800 metros de desnivel que debo perder.


A partir de Oulx, siempre cerca de la autopista, aunque ella lleva un trazado más lineal y yo mucho más quebrado debido a la complicada orografía.



El descenso terminará en Susa, ciudad de algo más de 6.000 habitantes y sita en la confluencia de los torrentes de Cenischia y Dora Riparia, donde el Valle de Susa se bifurca, fomando al norte el Valle de Cenischia, y al oeste el Alto Valle de Susa, que se interna en los Alpes.

 



Cruzaré toda la ciudad, húmeda pues parece que esta noche ha llovido algo por aquí.


El primer puerto del dia es el Col du Mont Cenis. Haciendo caso a una recomendación del foro, lo subiré por Novales y Moncenisio, mucho más solitario aunque de mayor kilometraje y desnivel, pues hay una buena bajada entre medio. Enseguida abandono la carretera general, que gana altura a mayor velocidad que la que he tomado yo.


El cielo está muy encapotado pero no son nubes que den miedo, se ven finas y bien despejado por encima.


Pasando por pueblecitos como Vilaretto o Novalesa.






La cascada que durante muchos kilómetros tenemos a la vista y a la que cada vez nos acercaremos más.


Estos puentes de piedra le dan un toque de "antiguo" a la subida.


Novalesa y la Val Chenisia empiezan a quedar abajo mientras yo me adentro en zonas más escarpadas.


Carretera tremendamente solitaria, más aun en estas horas tempranas, y empiezan a aparecer rampas de dos dígitos.


Aunque, pasando por bosques así, las penas lo son menos.


Las nubes son cada vez menos compactas y el presagio de otro dia soleado se acentúa.


Entrando en el pueblo de Moncenisio, pronto vendrá un descanso de varios kilómetros.


Descanso en el que podemos disfrutar, por ejemplo, de este Lago Grande.


Dejando atrás esta zona tan boscosa y preparándome para salir a la general.


Ya en la general, hay que continuar subiendo y recuperar todos esos metros de bajada que acabo de hacer.


Paso por Bar Cenisio, la última aldea antes de entrar en Francia. Hoy en dia completamente deshabitada, ha quedado como "resort" veraniego.


Continuando con la subida en una ya agradable mañana.


Entro en Francia, a falta de unos 13 kilómetros para coronar el puerto.


Llego a la Barrage St-Nicolas y puedo ver al fondo las "zetas" que hace la carretera para salvar esa pared.


Metido de lleno en la faena de remontar la pared.






Muy espectacular esta parte del puerto, sin duda alguna.


Consigo llegar al altiplano y veo, enfrente, la presa que forma el Lac du Mont-Cenis.


Continúo ascendiendo y empiezo a tener imágenes de postal.




El Lac du Mont-Cenis, de la cuenca del Po. Este altiplano, el Plan des Fontainettes, era el paso más concurrido en la Edad Media entre Francia e Italia.


La Pirámide, capilla y jardín botánico alpino.


Admiramos de nuevo el Lac du Mont-Cenis y el Massif du Mont-Cenis.


La carretera serpentea ahora en leve descenso, antes de afrontar la última rampa que nos dejará en la cima del puerto.


En la cima del Col du Mont-Cenis.


El refugio de la cima.


Toca dar media vuelta y deshacer el camino hasta Susa, disfrutando nuevamente de ese admirable paisaje.


Se queda uno boquiabierto ante tanta belleza...


Esta es la Cime du Lara, de casi 2.900 metros.




La bajada hasta Susa la haré por la carretera general, rapidísima. No tardo en abarcar con mi mirada todo el valle y Susa en el fondo.


Entrando en la pequeña ciudad de Susa.


Vuelvo a cruzarla entera, esta vez a lo largo, y pregunto a un señor la carretera que va a Meana de Susa. Me lo explica hablando deprisa, como si yo le entendiera, y me quedo casi igual, aunque algo pillo. Aquí, delante de estas casas, empieza el temible Colle delle Finestre.


Los inicios, pasando por Meana de Susa, son terroríficos. Incluso encontramos un kilómetro entero al 11,5% de media. Aquí hay un recuerdo al paso del Giro de Italia.




Saliendo de Meana de Susa la pendiente ya se normaliza. En total, tenemos ante nosotros un puertazo de 19 kilómetros a casi el 9% de media. Y para rematarlo, los últimos 8 kilómetros son sin asfaltar. Un coloso de los pies a la cabeza.


Entramos en el bosque, del que no vamos a salir en 10 kilómetros.


Aquí dentro vamos a disfrutar de un sucesión de curvas de herradura casi interminable. Unas 30 en total, que podremos disfrutar con un asfalto impecable.






La carretera es estrechísima, yo dudo que puedan cruzarse 2 coches sin hacer maniobras. La tranquilidad absoluta.








Por fin, una ventana! Abajo Susa y delante, el Rocciamelone, imponente y majestuoso con sus 3.538 metros.


Continuamos con nuestro ascenso, más próximo ahora el final del asfalto.




Mejor vista aun de Susa y su guardián, el Rocciamelone.


Últimos metros antes de entrar en la pista sin asfaltar.


Llegamos al Colletto di Meana, entramos en el Parque Natural de la Orsiera y se termina el asfalto. Quedan 8 kilómetros a más del 9% de media por pista a ratos algo más pedregosa de lo deseado.


El bosque cada vez se aclara más.


Estoy llegando a la altura de las nubes. Como me meta dentro, ya no voy a ver nada de nada.


Pista pedregosa, sobre todo en las curvas, como podemos apreciar en esta imagen.


Aun podemos intuir Susa al fondo de todo.


Paso por esta cabaña donde un fornido y gigantesco mozo está partiendo troncos con el hacha como quien corta mantequilla. Al verme pasar, se para y se me queda mirando sin esbozar ni una mueca. Yo me alejo mirando de reojo, y pienso que como el gañán de un paso adelante me pego un sprint que ya sacaré fuerzas, ya!


Voy dejando atrás la cabaña con su leñador inexpresivo y ganando metros en esta montañota.


El Monte Pelvo, de 2.770 metros, escolta la cima del puerto, cima que puedo ver a la derecha de todo.


La cima, el Colle delle Finestre, más cerca ahora que nunca.


Estoy entrando en el último kilómetro de subida que, como recompensa, solamente será del 8,2%, el kilómetro más fácil de todos.


La cima se resiste a esconderse entre las nubes. Será que quiere facilitarme su conquista...


Pues si me lo pone tan fácil, lo conquistaré! Estoy en la cima del Colle delle Finestre.


El cartel que no puede faltar.


Y sin más demora, me asomo a la otra vertiente, la del Valle del Chisone. A bajar se ha dicho!






Rapidísima bajada, interrumpida por mis numerosas paradas a hacer fotos y disfrutar con algo menos de prisa de esta zona.


El Monte Albergian, de 3.043 metros, también tapado por las nubes.


Bueno bueno, ahora ya observo el fondo del valle, menuda bajadita que he tenido!


En Balboulet, parada obligada a coger agua, porque el calor aprieta que da gusto.


Últimos metros de descenso, que finalizará en Pourrieres.


Subiendo a Sestriere por otra carretera general, muy ancha y, al ser domingo, con notable tránsito. En Pragelato, estos trampolines para saltos de esquí.


Dominando este macizo de picos, la Punta Rognosa, de 3.280 metros.


Ancha y no muy agradable carretera subiendo a Sestriere. El sol me va quemando lentamente, estoy achicharrado y busco las sombras con tanto afán como busco el agua.


El Valle del Chisone.




La Punta Rognosa y enfrente, las primeras construcciones de Sestriere.


Llegando a Sestriere, vemos lo que dejamos atrás.


Sestriere, deporte y ciclismo.


La estación de esquí y los hoteles fueron construidos a demanda de la familia Agnelli, los dueños de la FIAT. Es el municipio de Italia cuyo ayuntamiento está a mayor altitud, en concreto a 2.035 metros.


Este obelisco se erigió en 1.914 para conmemorar el centenario del camino construido por Napoleón para conectar el Piamonte y Saboya.








El descenso final, buscando la meta en Cesana-Torinese.


Pero antes, una parada para remojarme en Champlas du Col. Hoy el calor fué el peor castigo.


Bonita bajada, paisaje 100% alpino.


Y es temprana hora de la tarde cuando llego a Cesana-Torinese. Aquí donde estoy ahora es donde dormí, justo al lado del rio.


Ahora, puedo decir que "The Italian Job" está finiquitado. Pero me resisto a irme a casa así, sin más. Desde hace más de 5 años, nunca he faltado a una cita. La cita con un gigante, un coloso de los pies a la cabeza. Y este año, no puede ser menos.

Cojo el coche y empiezo a conducir. Entro en Francia y van pasando los kilómetros. Cuando me quiero dar cuenta, el GPS me ha dejado en el corazón de la Provenza. En un pequeño pueblo de poco más de 1.000 habitantes.

Más de un lustro fiel a esta cita, mi gigante amigo nunca supo mostrarme el por qué de su nombre. Como premio a mi constancia, mañana, por fin, podré conocer esa razón.

Me acuesto antes de que anochezca. Fuera, en la calle, el viento empieza a agitar con fuerza los campos de lavanda y espelta, produciendo un inquietante sonido. Me acurruco dentro del saco y me siento protegido. Mañana, pero, habrá que salir...

2 comentarios:

  1. Precioso el final del Cenisio, me impactó mucho.

    Y lástima no haber sabido que la vertiente sur de Finestre era asfaltada. Cuando llegué arriba pensé ¡Su puta madre, si lo llego a saber! Tu circular es mucho más lógica que mi picaflor guarrillo bajando con cuidadín de no pinchar. Sestriere ya lo pasé en coche y quedará como un pendiente para mucho tiempo porque no me motiva mucho ir a por él.

    Me has puesto los dientes, no sabes cómo de largos, jejeje

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  2. Ea, pues para quitar los dientes largos, ya sabes... viajecito en coche, cuatro mapas o GPS en la bici y ala, a pedalear!

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