Empieza este fantástico Tour du Pays Cathare muy cerca de Rivesaltes, primera población importante por la que transitaré. La historia contemporánea de Rivesaltes se caracteriza por un episodio doloroso; en 1939, al final de la Guerra Civil Española, las autoridades francesas confinaron republicanos españoles, especialmente mujeres y niños, que habían cruzado la frontera escapando del franquismo al caer la Segunda República, en un campo disciplinario ocupando las instalaciones de una base militar. Aquí estoy cruzando el rio Agly en dicha población.
No tardaré en llegar a Salses-le-Chateau, donde se ubica el Fort de Salses. Fernando II de Aragón lo hace construir (1497-1502), cerca de lo que fue un castrum romano. Es una fortaleza única en su clase, último avatar de castillo fuerte que pretende adaptarse a la artillería.
Camino de Opoul, el país cátaro me abre sus puertas.
El Chateau d'Opoul aparece en la lejanía. Hacia allá voy!
El pueblo de Opoul-Perillos, a los pies de la montaña que alberga el castillo.
Atrás he dejado el Mediterraneo y yo me voy adentrando en zona cátara.
Subiendo a la Serre du Buis, arriba hay un parque eólico.
Zona solitaria, como a mi me gusta.
Al fondo, Feuilla, localidad a la que no llegaré a entrar.
Tras superar el Col de Feuilla, bajada hasta St-Jean-de-Barrou, en plena región natural de Les Corbieres.
Ahora voy dirección Embres-et-Castelmaure, con viñedos, omnipresentes hoy y los 3 dias restantes.
Subiendo otro puertecillo, el Col de Canteloup.
Y pronta bajada hacia Villeneuve-les-Corbieres.
Llego ahora a Durban-Corbieres, donde contemplo su castillo medieval.
Vendrán después unos kilómetros muy cómodos siguiendo en descenso el curso del rio Berre.
Iré a buscar luego la localidad de Thezan-des-Corbieres, en esta zona ya voy encontrando rectas más largas.
En Thezan, va siendo hora del desayuno en ruta, hay que buscar una boulangerie.
Y esta ha sido la afortunada. Tres "pain au chocolate" y un par de latas de fanta que iré degustando mientras pedaleo relajadamente.
Saliendo de Thezan y ya con la boca llena de chocolate masticando ansiosamente. Como me gustan estos desayunos...
Para ir hasta Lagrasse, tengo unos 16 kms de terreno sin apenas dificultades, ideal para ir digeriendo la comida. Las viñas me siguen acompañando.
Cruzando St-Laurent-de-la-Cabrerisse, cuya iglesia también es monumento histórico.
Cambia algo el decorado y aparecen los enormes árboles flanqueando la carretera.
Me acerco a Lagrasse, en el valle del Orbieu, y lo primero que veo es su enorme abadía benedictina.
Lagrasse, con el sello de "una de las más bellas villas de Francia". Sus calles se hallan pavimentadas con guijarros y piedras, la villa alberga numerosos artistas y artesanos y comercios donde se ofrecen productos locales de gran calidad, miel, vino, alfarería, piel, joyas y artesanía.
Prosigo mi peregrinar y por ahí veo que señalan el "camino de las orquídeas". Suena interesante!
En pleno ascenso a otro puerto, el Col de Villerouge.
El Castillo Cátaro de Villerouge-Termenes, y el poblado construido a su lado. En su interior, un restaurante medieval ofrece comida de la época y hay una exposición permanente sobre el castillo y el pueblo.
Toca volver a subir, ahora será el Col de Bedos.
Aquí estoy coronando col de Bedos, otro más de los muchísimos puertecillos que superaré hoy.
Enlazará Bedos con otro puerto, el Col de Termes, desde el cual diviso bien el Chateau de Termes. Integrado ya en los llamados "Cinco hijos de Carcasona", en la frontera defensiva entre los dominios conquistados por el rey francés y los territorios de la Corona de Aragón, fue ocupado por guarniciones reales durante más de cuatro siglos y posteriormente abandonado. Al ser ocupado por bandidos y forajidos que asolaban la región y lo tenían como morada, el rey de Francia ordenó dinamitarlo a medianos del siglo XVII (año 1653), quedando en ruinas y derruido.
Bajo hasta el pueblo de Termes, construido a los pies de la montaña donde está ese castillo.
Entro ahora en las Gorges du Terminet, con abundantes cascadas ideal para practicas descenso de barrancos.
Salgo de las gorges y voy a por un puerto que ya es más largo e importante: el Col de Redoulade.
Carreterita estrecha y muy solitaria, ideal para subirla sin prisas.
Montjoi, uno de los varios nucleos que iré pasando mientras subo este puerto.
En este punto le meto mano al bocadillo que llevo, ya que es la hora de comer. Iré comiendo mientras voy subiendo el puerto por este hilito de carretera.
Auriac, con su castillo del s.XII hoy en ruinas. Es el último nucleo habitado antes de coronar Redoulade.
Últimos kilómetros del Col de Redoulade.
Bueno bueno, por fin. Se me hizo largo este, después de subir tantas tachuelillas.
Ahora viene un entretenido descenso, por carretera estrechísima y rugosa.
Finalizo el descenso en Soulatge, y llega el momento de ir a encadenar castillo tras castillo.
El primero a por el que voy será el Chateau de Peyrepertuse, el más conocido de todos, y que puedo entrever en lo alto de la montaña.
Una imagen aerea nos muestra lo inverosímil del lugar donde fueron a construirlo.
Caballos cátaros, de noble mirada y fuertes músculos. Preciosos!
Acercándome al castillo, cuya silueta se recorta y se confunde con la piedra de la montaña.
Corono el Col de Gres y tengo un brevísimo descenso hasta Duilhac-sous-Peyrepertuse, donde empezará la ascensión al castillo.
Decido atravesar el pueblo por sus callejuelas en vez de ir por la carretera, y eso me recompensa con esta fantástica fuente, cosa que andaba yo buscando hace mucho rato.
El pueblo de Duilhac-sous-Peyrepertuse.
Continúo con la fuerte subida que me ha de acercar al Castillo de Peyrepertuse.
Al fondo puedo ver el Chateau de Queribus, adonde luego iré. Está a 7 kms en linea recta y se comunicaban mediante señales luminosas.
Me voy acercando, pero aun queda lejos y muy alto.
En esta explanada empezará la última parte de la subida, con rampas realmente muy muy duras.
Hasta aquí llega el asfalto.
La primera mención al castillo es del año 1050 (siglo XI), donde se cita que pertenece al condado de Besalú. Durante el siglo XII, en el año 1115 la iglesia es donada al priorato de Serrabona. Posteriormente, en el 1162 la fortaleza pasa a pertenecer al condado de Barcelona.
En la cruzada contra los cátaros, Guillem de Peyrepertuse no quiso someterse y fue excomulgado en 1224. Después del fracaso del sitio a Carcasona, Guillem finalmente se sometió y el castillo pasó a posesión real francesa, en noviembre de 1240.
Durante la guerra del reino de Francia con la corona de Aragón, Peyrepertuse desarrolló un importante papel como bastión defensivo y estratégico de la frontera sur del reino francés.
Declarado como lugar fronterizo por el Tratado de los Pirineos (1659), Peyrepertuse fue ocupado por una pequeña guarnición comandada por oficiales subalternos hasta ser abandonado definitivamente durante los primeros años de la Revolución francesa.
Un mirador nos permite disfrutar de esta panorámica. Al fondo, el pueblo de Duilhac y en el horizonte, el castillo de Queribus.
Tras descender hasta el rio Verdouble, inicio el ascenso a Grau de Maury, a los pies del Chateau de Queribus. Veo el castillo.
El pueblo de Cucugnan, donde el antiguo molino de harina es el elemento más destacado.
Acercándome al Castillo de Queribus.
Llego a la cima de Grau de Maury y veo como el chateau de Queribus domina todo el valle desde lo alto del acantilado. En 1162 cuando se forma la corona de Aragón, Quéribus es una de las principales fortalezas barcelonesas al norte de los Pirineos. Asimismo con la anexión a la corona del condado del Rosellón en 1172, el papel de Quéribus disminuye.
Con la caída de Quéribus, se daba por finalizada la Cruzada. Oficialmente también se consideraba que se había acabado el catarismo: hay un gran interés en proclamar que el último castillo cátaro había sido conquistado y que el último bastión cátaro se había donado a los franceses. Por desgracia, cien años después de la caída de Quéribus, todavía se estaban juzgando cátaros en los tribunales de la Inquisición. La importancia real del capítulo de Quéribus reside en el hecho que se trata del último castillo o fortaleza que quedaba en manos occitanas, y por lo tanto acababa la obra de ocupación francesa en el Languedoc. Queribus es un punto final militar y político.
Me asomo. Delante mio, las Fenouilledes. Pero hoy no bajaré por aquí, esta zona es para la etapa de mañana.
Vuelvo a Cucugnan y me encamino a Tuchan, con las viñas nuevamente como compañeras.
El rio Verdouble ha abierto algún acantilado aquí.
Terreno más abierto y ameno, aunque al fondo hay unas montañas a las que deberé ir.
Pasando por Tuchan, conocida por sus vinos.
Luego me acerco a visitar el Chateau d'Aguilar. Fue integrado en el colosal dispositivo de defensa llamado "Los cinco hijos de Carcasona", cuya misión principal consistía en vigilar la frontera meridional, límite con las posesiones del condado de Barcelona, bajo Jaime I de Aragón primero y Pedro III de Aragón posteriormente.
Tras varios ataques catalanes en el siglo XIV por parte de tropas del Conde de Barcelona Alfonso III primero y de Pedro IV de Aragón posterior y seguidamente, en 1543 fue conquistado por Carlos I de Habsburgo y ocupado por los españoles. Recuperado de nuevo por tropas francesas, fue abandonado definitivamente a mitad del siglo XVI, en 1569 a raíz del Tratado de los Pirineos, sirviendo de escondrijo a ladrones y asesinos a partir de entonces hasta que el rey de Francia ordenó su destrucción, dinamitándolo y casi destruyéndolo por completo, a finales del mismo siglo.
Me alejo del castillo, tras esa corta visita, y aun tengo 2 escollos antes de finalizar la etapa. el primero es el Col de Garrigue.
En la cima de este puerto, abandono el departamento del Aude y entro en el de Pirineos Orientales.
Bajaré este puerto hasta Vingrau.
Y en Vingrau mismo, empieza el último puerto del dia, el Pas de l'Escala. Allí arriba veo lo que será casi casi la cima del puerto.
Remontando la llanura, le voy ganando terreno al Pas de l'Escala.
Desde lo alto, solamente me queda dejarme caer hasta Espira-de-l'Agly. Al fondo, el Mediterraneo. Atardece.
Final de etapa en Espira-de-l'Agly. Ha sido una etapa larga, aunque el desnivel no ha sido excesivo.
Cargo la bici en el coche y me pongo en marcha hacia el punto de inicio de la etapa de mañana. Cenaré antes de llegar, pues se me hará de noche si no. En Estagel veo un párking público con aseos, así que ahí mismo me preparo la cena y me lavo un poco.
Ya limpio y con la tripa llena, termino este trayecto y me apresuro a descansar, pues mañana vendrá la que en teoría es la "etapa reina". Aunque visto lo de hoy, ya no sé que pensar...
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