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martes, 22 de febrero de 2011

Puertos mediterraneos al calor del invierno: de mandarinas y naranjas


Tras pasar la noche con el sueño intermitente, debido en parte a las fuertes ráfagas de viento que zarandeaban el coche y a que la primera noche durmiendo así siempre cuesta un poco, prosigo mi viaje hasta Albalat dels Tarongers, punto de inicio de la segunda etapa.

Lo que más me llama la atención al salir del coche es lo caliente que es el viento. Tengo la esperanza que a medida que avanze la mañana el viento vaya amainando, pero eso no va a suceder.

Empiezo de buena mañana pero con luz, hoy la etapa no es muy larga y el traslado posterior tampoco, así que no hay ningún tipo de prisa. Saliendo de Albalat dels Tarongers.


Dirección Segart, en un primer tramo de subida bastante tendido, el sol empieza a dar en lo más alto.


Atravieso Segart por sus estrechas callejuelas. Situado en los pies de la Montaña del Garbí.


A medida que gano altura, el viento se hace más insoportable. Hoy es el peor dia de todos en cuanto a este fenómeno se refiere.


No tardo en tener estupendas vistas del Mediterraneo, la Costa del Azahar o Costa dels Tarongers.





Atravieso la urbanización de La Mallada. Se alternan rampones tremendos con zonas de descanso, es muy irregular.


Llego a la cima y veo por última vez el mar, antes de adentrarme en la Sierra Calderona.


Bajaré por la población de Serra.


Una bajada en perfecto estado, de las que se hacen rápido.


Tras finalizar el largo descenso en Bétera, empieza la subida hacia el Pico del Águila, en la Sierra Calderona. Estamos en época de recolecta, así que hoy no es necesario acercarse furtivamente al huerto a coger la naranja. Simplemente pidiéndola y el jornalero me la da con una sonrisa.


El tramo de aproximación a Olocau es en largas rectas con pendiente muy suave. Si no fuera por el viento...


Llego a Olocau y callejeo hasta encontrar una panadería, donde me avituallo con pastas y cocacola.


Una subida muy interesante, y bastante frecuentada por ciclistas este martes por la mañana.


El Gorg, con 907 metros, observa con gesto severo mi ascensión. Es el punto más alto de la Sierra Calderona.


Pasaré por Gátova, ya cerca de la cima del puerto. En el extremo norte de la comarca del Campo del Turia.


Estas son las últimas curvas antes de coronar el Pico del Aguila.


Bajaré por la cara norte, desde donde tengo a la vista la Sierra del Espadán. Estoy en el límite entre Valencia, por donde he subido, y Castellón, que es todo esto que veo.





En Altura, finalizo la bajada y empiezo a ascender otro puerto, el Alto de Montemayor.


Varios kilómetros por una carretera en perfecto estado, pero donde el viento da de cara y hace que la velocidad sea muy penosa.


Luego el asfalto cambia y se hace más rugoso, con lo que las penas aumentan. Los almendros en flor dan un bonito toque de color a todo esto.


La Sierra del Espadán, al fondo, a la vista en este tramo de subida.


Estos muros de piedra blancos son muy característicos en la provincia. Recordemos que estoy en Castellón.


El Santuario de la Cova Santa. Es una capilla-santuario situada en una cueva a 811 metros de altitud, en plena Sierra Calderona. La cueva tiene 20 metros de profundidad y fue utilizada como refugio por pastores.


A partir de aquí, el asfalto vuelve a ser perfecto y la pendiente suaviza mucho.


Un camino, especie de via crucis, que lleva hasta un mirador.


La Sierra del Espadán de nuevo ante nuestros ojos.


Desde el Alto de Montemayor, estas vistas tan boscosas.


Pedaleando por el altiplano, voy buscando el cruce hacia Sacañet.


La fuente de las Dueñas. En verano, viendo la escasez de sombras, debe ser muy agradecida.


Prosigo la subida muy cerca de Sacañet, donde me desviaré para subir a La Bellida.


Sacañet, en la comarca del Alto Palancia.


Abro plano y veo la carretera por la que luego bajaré. Pero ahora, hay que conseguir culminar La Bellida, que con este fuerte aire de cara no será fácil.


En plena Sierra de La Bellida, a punto de coronar.


Desde arriba, veo la carretera que baja hasta el pueblecito de Canales.


Cerros y lomas estériles es lo que veo desde La Bellida.


Larga bajada hasta encontrar el Rio Palancia. Los pueblos de Bejís y Torás quedan cerca de mi ruta, pero no debo subir a ellos.


En Teresa, paro a repostar en la fuente azul, como mi bici!


Continuo bajando, y me veo venir que los últimos kilómetros los voy a tener con fuerte viento... a favor!


Llego a Viver y, en efecto, hasta el final me va a ayudar el viento. También conocido como Viver de las aguas, debido a las numerosas fuente que hay.


Acto seguido pasaré por Jérica.


Y luego por muchos pueblos más: Segorbe, Geldo, Soneja, Algar de Palancia, Torres Torres y Estivella.


Hasta que, finalmente, llego a Albalat dels Tarongers, donde, en este paseo y a pesar de ser casi las 5 de la tarde, me cocino un estupendo plato de pasta y unas albóndigas con guisantes, regado todo con zumo de frutas, que entran de miedo.


Tranquilamente me visto de calle, me lavo un poco y con luz diurna me pongo en marcha hasta el punto de inicio de la etapa de mañana: Rotglá y Corbera.

Llego a Rotglá aun de dia, busco un buen sitio para dejar el coche, lo suficientemente tranquilo para poder dormir sin ruidos pero a la vez en sitio "civilizado" para dejarlo mañana mientras hago la siguiente etapa. Una urbanización en las afueras del pueblo es el sitio ideal.

Aun no es de noche del todo y ya estoy acostado, con casi 10 horas por delante para descansar. Me van a venir muy bien, pues mañana toca el Montdúver, que se me atravesó la primera vez que fuí y le tengo respeto.

Silencio.... se duerme.....

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