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lunes, 20 de agosto de 2012

Ruta alforjera por el Pirineo abrasador: la Vall Fosca, Aigüestortes y otros lugares que conocer.





Primera etapa de las tres que consta esta nueva ruta alforjera. Al haber trabajado esta noche, no puedo apurar la hora de salida, por lo que la etapa no será demasiado larga ni complicada. Se trata de ir a conocer algunas subidas de la zona que todavía no tengo, empezando por la Vall Fosca. Por tanto, conduzco hasta Senterada, donde dejaré el coche aparcado desde hoy lunes hasta el miércoles por la noche, cuando tengo previsto finalizar la ruta.

Hacia las 9 y poco de la mañana, empiezo a pedalear remontando el rio Flamisell por lo que es la Vall Fosca.


Buena carretera, poquita pendiente y escaso tráfico este lunes por la mañana.


Algunos muy pequeños nucleos habitados van apareciendo a lo largo del ascenso, pero no es una zona muy poblada ésta.


La mañana ya es bochornosa. Estamos inmersos en una ola de calor que se prevée dure varios dias.


Llego a la central de Cabdella, donde también hay unas viviendas y esta iglesia.


A partir de aquí, de la central hidroeléctrica de Cabdella (la más antigua de España), tengo por delante unos 10 kilómetros al 6,5% de pendiente media.


La carretera se vuelve más tortuosa y las pendientes fáciles que me he ido encontrando hasta aquí se vuelven más severas.


Dejando atrás el valle.


En Cabdella, pueblo muy pintoresco, empiezo a ir buscando agua. Esto se convertirá en rutina de ahora en adelante. El agua será el bién más preciado en estos 3 dias calurosísimos.


Pronto el paisaje empieza a ser pirenaico 100%.


Intuimos el rectilíneo trazado de la carretera, bajo la linea de árboles, que nos dejará en el Embalse de Sallente.


No tardamos en avistar la presa.


Desde el centro de la presa, vemos el último kilómetro de subida que acabamos de realizar.


El Pantano de Sallente y, al fondo, la central eléctrica y el teleférico que sube al Estany Gento.


Completamente rodeado de montañas este embalse.


Bordeo el embalse por la carretera hasta llegar a la central y el teleférico, y estoy de suerte pues encuentro esta fuente donde aprovisionarme de nuevo.


El teleférico, que sube a los turistas hasta el Estany Gento salvando un desnivel de 400 metros.


Yo me doy media vuelta y deberé volver a Senterada, para cargar la maletita en la bici y continuar mi ruta.


Descendiendo, una paradita en Cabdella, realmente un pueblo muy bonito.


Cargo la maleta en la bici, cojo el zurrón con algo de comida y abandono Senterada para no volver ya hasta dentro de un par de dias. Voy a subir el Coll de Perves, la primera mitad por una carretera excepcional, muy ancha. El termómetro ya marca los 40º... y sólo estamos a mediodía.


Ambiente bochornoso, el agua se calienta a los 5 minutos de haberla cogido.


A partir de Xerallo, la carretera se estrecha y la pendiente aumenta. Xerallo es conocido como "el fantasma del Pirineo", debido a la gran fábrica de cemento que desde hace años está totalmente abandonada.


Vistas de la subida al Coll de Perves, con el pueblo de Perves ya sobrepasado.


Coronando Perves, observo el pueblo de Perves y la foto muestra una sensación de bochorno increible. Han sido 14 kilómetros al 4,5% de media, y en la cima, a más de 1.300 metros, estoy a 39º. Para morirse!


Tengo unos 3 kilómetros de descenso y luego la carretera vuelve a remontar, muy poca cosa, para pasar por el Port de Viu. Aquí vemos el pueblo de Viu de Llevata.


Toca lanzarse en fuerte descenso bajo ese cielo plomizo, que con este calor ahoga.





Unos 5 kilómetros antes de llegar a Pont de Suert, cojo una carretera que me llevará a Malpás, otro pueblo situado en alto que quiero ir a descubrir.


Veo el pueblo de Malpás.


Poca cosa esta subida, apenas 3 kilómetros.


Llego a Malpás y, cerca de la iglesia, otra fuente me sirve para repostar y darme una ducha improvisada, pues estoy ardiendo.


Bajo un kilómetro desde Malpás y aparece otra carreterilla que va a Castellás. Habrá que ir a explorar! Esa carretera no tarda en empezar a subir con furia, y Malpás empieza a quedar abajo.


Terreno montañoso y áspero, aunque ya veo el final delante. Entre estas montañas es un horno, y el termómetro sube hasta los 45º al sol.


Esa piscina de plástico invita a darse un chapuzón, pero el agua debe estar como caldo.


Media vuelta y me alejo de ese horno crematorio que es esta zona tan pelada para ir hasta el Pont de Suert.


Ya estoy en la carretera que descendía de Viu nuevamente, y ahora sin demora iré hasta Pont de Suert.


En Pont de Suert tengo reservado hostal para pasar la noche, pero no voy a terminar ahora la etapa. Antes, quiero subir a Aigüestortes, que tampoco he estado. voy subiendo por la carretera de la Vall de Boí. Por suerte, a medida que gano altura el termómetro empieza a bajar de los 40º.


Barruera, la única población que encontraremos a pie de carretera en este valle.


Algo más arriba, cogeré la carretera que me adentrará en el Parque Nacional de Aigüestortes y Estany de Sant Maurici. Esto es el párking, pues los coches particulares no pueden acceder al Parque, deben subir en los taxis acreditados. Cuando el guarda me ve pasar con la bici, sale como una flecha de la barraca para decirme algo, pero yo ni lo miro ni lo escucho, como si fuera sordo tiro para arriba. Con la que está cayendo, como para ponerme a discutir...


Me esperan 8 kilómetros al 6,5% pero la gran belleza de la zona hace olvidar los números.


En pleno Parque Nacional. Lo único que fastidia son los dichosos taxis con turistas, que suben y bajan por esa estrecha carretera. Los hay a montones!


Acompañando al Riu de Sant Nicolau.


Vemos como salen los senderos para ascender a las montañas.


Llegando al Estany de Llebreta...


El Estany de Llebreta, rodeado por un circo de montañas.





Algo más arriba del Estany, debo cruzar este torrente, mojándome los pies y agradeciendo la frescura del agua.


La Cascada de Sant Esperit.


Y la pista que asciende bajo la mirada de estos picachos, los Feixans de la Crebada.






Enfilando el último tramo de subida, enfrente tenemos picos que sobrepasan los 2.700 metros.


Últimas curvas antes de llegar al final de la pista en el Planell de Sant Esperit.






Preciosa imagen del Parque Nacional.


Contraluz mirando atrás.


Alcanzo el final de la pista de cemento y hay otra caseta. La chica me dice que no puedo caminar con la bici por ahí, y que tengo que dejarla aparcada en unos aparcabicis que hay junto a la caseta... pues vale! La dejo y me voy caminando por esta pasarela para llegar al mirador.


Desde el mirador, mirando hacia lo más profundo del Parque Nacional.


Retorno a buscar la bici, pues hay mucha gente por la zona y no me fío.


Y ahora, hay que descender por el mismo sitio para regresar al Pont de Suert y dar por terminada esta primera etapa. Me empiezo a despedir del Parque.





Volveré a pasar por el Estany de Llebreta, espectacular!








Pero antes de desembocar en la carretera general de la Vall de Boí, esta fuente me sirve para llegar sin sed a la meta y, de paso, para darme otro bañito.


Llego a Pont de Suert y voy directo al hostal. Ya hace 32 horas que no duermo y tengo más sueño que hambre, pero hay que cenar. Como es temprano, decido ir a un supermercado y comprarme algo para comérmelo en la habitación. Así gano tiempo y ahorro pasta.


Aquí estoy, con mi bolsa de comida y mi escasísimo equipaje, dispuesto a darme un buen festín y, acto seguido, acostarme, que estoy rendido.


Tras la cena, ni el calor ni el ruido me impiden dormir a pierna suelta hasta que suene el despertador, que será, por cierto, muy temprano.

Y es que mañana hay un etapón que, con el calor que va a hacer, preveo será durísimo.

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