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martes, 14 de junio de 2011

Stage por Gredos y Guadarrama. Etapa 3: Ávila y Sierra de La Paramera


Me levanto bien temprano, como todos los dias del stage, para empezar a la que haya algo de luz y evitar pasar calor almenos en los primeros kilómetros de cada dia. Hoy ya empezaré con una buena subida, a un puerto CIMA, el de Aguilones. Subida sin descansos hasta la cima del puerto.



Desde lo alto, unas estupendas vistas y el presentimiento que, por tercer dia consecutivo, el sol va a ser mi compañero inseparable.



Desciendo Aguilones hasta el pueblo de Navalmoral y en ese pueblo comienza la ascensión al segundo puerto de la etapa, el Puerto de Navalmoral.



Un puerto con excelente carretera, se ve muy nueva, y muy abierto lo que nos permite tener siempre buenas panorámicas.



Llegando a lo alto del Puerto de Navalmoral, no se me hizo muy duro. Esta jornada promete ser bastante llevadera.



En la cima, los arbustos de flores amarillas son los protagonistas.



Desciendo por la cara norte, dirección Ávila, pero me desvío a media bajada para ir a subir el Alto de Riofrío, por una carretera ya más descuidada.



Desde lo alto, veo el pueblo de Riofrío medio escondido entre dos laderas. Hacia allá me lanzo!



Pasaré por Riofrío en mi descenso hasta la ciudad de Ávila, en una zona divertida antes de llegar a las interminables rectas.



Tras Riofrío, la etapa se convierte en interminables rectas, primero por esta carretera secundaria y luego por la nacional.



Para evitar un tramo de nacional, me desvío para pasar por El Fresno, donde aprovecho para recargar agua y entrar en una pequeña tienda a comprar gallestas de chocolate y cocacolas.



De paso, en esta misma localidad veo como el campanario está literalmente tomado por las cigüeñas.



Sin nada más reseñable que contar, por largas rectas llego a Ávila, donde no puedo evitar el ir a probar el empedrado de las calles aledañas a sus murallas.



Corta visita turística por la apital y me voy, ahora toca subir el Puerto del Boquerón. Estas plantas de tratamiento de áridos marcan el inicio, las primeras rampas duras.



En terreno muy abierto y con amplias dehesas donde el ganado pasta libremente.



En lo alto de El Boquerón, y mirando hacia el descenso. Aguzando mucho mucho la vista, puede verse, en la monmtaña de enfrente, la carretera que sube "a lo bruto" a El Mediano.



Llego al pueblo de El Herradón, el punto más temido del dia pues aquí empieza lo verdaderamente fuerte. El puerto de El Mediano.



Me reposto bien de agua, bebo, me refresco y me dispongo a afrontar la pared.



Salgo de El Herradón por esta pista forestal asfaltada y me pongo a mirar el mapa para ver que números tiene el amiguito. En esto, un ciclista se pone a mi lado y me dice... "¿Qué haces mirando los mapas?"



Con sobresalto, pues por ahí no pensaba encontrar ni a mi sombra, quito la mirada de la pared que se me avecina para ver quién es el osado que se mete en semejante berenjenal.



Es Elgolfo!!! Ni más ni menos, quién me lo iba a decir! Qué gran alegría me llevé, aun no nos conocíamos en persona y hemos ido a coincidir un asturiano y un catalán en Ávila... cosas de la vida, jeje.



Charlando y haciendo fotos, vamos subiendo esos 4 kms de pared.



Llega el último kilómetro, el más duro de todos, pero como vamos animados se nos hace más fácil.



El buen humor que no falte, jejeje.



Llegamos arriba y miramos atrás. La pared ha sido conquistada!



Una foto con el burucartel. Yo me pensaba que éste no estaba, pero Javi me dijo que sí y, en efecto, está en perfecto estado.



Desde el cartel, la subida se ve tal que así.



Un detalle del cartel.



Dos locos de las cumbres en un cartel emblemático. Gran momento este!!!



Llegamos a La Cañada y nos desorientamos un poco. Preguntamos para ir a Cebreros y nos mandan por la carretera que no queríamos ir, la que va por Arrebatacapas.



Carretera que nos recuerda una interestatal de los Estados Unidos.



Ya que estamos en el puerto, pues una foto no puede faltar!



Desde lo alto de Arrebatacapas, bajaremos por donde, en realidad, yo había planeado subir.



El pueblo de Cebreros nos espera, ahí nos despediremos Elgolfo y yo.



Los caballitos observan el momento del "hasta pronto".



Una vez solo, y ya que he pasado Arrebatacapas por el lado fácil, decido ir a subir La Paramera, siempre por carretera nacional... pero es lo que hay! Me acerco al Embalse del Burguillo.



Esta refrescante imagen no me vale para evitar el sofoco que llevo en todo lo alto. Ni una nube que me dé un poco de alivio he visto hasta el momento.



Carretera muy ancha y sin sombras para subir el Puerto de la Paramera.



En el pueblo de El Barraco encuentro una fuente y me sirve para darme un baño literalmente hablando. Me remojo de arriba a abajo, bebo y continúo mi subida.



Llegando a La Paramera. Difícil no es, pero con estas calores se agradece llegar arriba. Almenos en la bajada sentiré el aire.



Estoy en la cima, otro más que meto en el zurrón.



Bajo de nuevo hasta El Barraco y enfilo hacia San Juan de la Nava, haciendo el último repechón antes del descenso final hasta Burgohondo. En pleno repecho paso por esta fuente y me doy otra ducha. La aldeana, ataviada con traje de época, se regocija y me comenta el dia caluroso que hace. Tras un ratito de charla, ella va a lo suyo y yo... a lo mio.



En lo alto del repecho, veo con alegría que hasta Burgohondo todo será bajada. Allá vamos!



Las nubes aparecen ahora que ya termino. Antes me hubieran ido bien pero ahora, para lo que sirven, ya se pueden volver.



Llego a Burgohondo bastante pronto, sobre las 17.30 de la tarde. Me irá bien, pues tengo un traslado algo más largo hasta Guadarrama.



Con toda la calma, me pongo en marcha dirección Madrid.

En un pueblo por el camino, paro para hacerme la cena, aunque no son ni las 7 de la tarde. Pero si hay hambre, el reloj no importa.

A eso de las 8 de la tarde llego a Guadarrama y cerca del centro veo una pequeña zona verde que me parece buwen sitio para pernoctar. Aunque pasa bastante gente, me da buen augurio y decido aparcar ahí.

Antes de las 9, ya estoy acostado, esperando la tan deseada etapa por la sierra madrileña. Toca mañana la etapa reina, y subir a La Bola. No tardo en dormirme, no sin antes haber puesto el despertador algo más temprano de lo habitual. Quiero apurar al máximo el inicio de etapa para poder ir con toda la calma y disfrutar a tope.



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