Buscar este blog

martes, 25 de octubre de 2011

Ruta alforjera: Mora la Nova - Batea

Martes y miércoles, dos dias de fiesta intersemanales totalmente inútiles.... excepto para pedalear. Las previsiones de tiempo son buenas para ambos dias, por lo que busco alguna zona lo suficientemente lejana para salirme de mis rutas habituales pero sin que el viaje de aproximación sea demasiado largo. Y además, que tenga alojamiento económico.

El albergue de Batea lo conozco bien y me ofrece lo que necesito, así que me pongo a diseñar un par de buenas etapas. Vamos con la primera de ellas!


La etapa es larga por lo que empiezo a pedalear de noche. Hasta pasado Tortosa no hay buena luz para las fotografias. Estoy ya camino de Mas de Barberans, tras muchos kilómetros nocturnos siguiendo el Ebro.


Asoma el sol sobre el mar y a través de los olivos. Espero que me acompañe durante toda la jornada.


Un buén número de kilómetros con la monotonía de los olivares, cuando al fondo diviso, por fin, Mas de Barberans.


La sierra de El Port, cobijando el pequeño pueblo de Mas de Barberans.





El sol se alza majestuoso sobre el Mediterraneo.


Llegando a Mas de Barberans, entrada sur del Parque Natural dels Ports.


Enormes extensiones de olivos que he ido dejando atrás.


Camino de La Senia, el paisaje no cambia.


Se acaba el macizo de El Port y comienza El Maestrazgo.


Atravieso La Senia, sinónimo de fábricas de muebles. Aprovecho y en una panadería me compro unas napolitanas y unas fantas.


La carretera va remontando el Rio de la Senia, buscando el Pantano de Ulldecona. Los primeros kilómetros entre casas dispersas.


Una fuente que me viene como anillo al dedo para rellenar el bidón y tener reservas para rato, pues hace fresco y no se suda apenas.


Escarpada zona de túneles de piedra, llegando a la presa del embalse.


El Pantano de Ulldecona, bastante vacio pero seguro que recupera con las lluvias generosas que están al caer.


Ahora tengo por primera vez a la vista el Convento de Benifassá. Habrá que subir toda la montañota que hay tras él para llegar a Fredes.


Veo la Pobla de Benifassá en una situación de aislamiento impresionante.


Subiendo a Fredes. Una mañana estupenda para ir bien abrigadito a subir puertos.


Me pasa un rapidillo que a buen seguro no va a cascarse 230 kms hoy... o quizás sí, hay mucho zumbao suelto por el mundo, jejeje.


Excelente la carretera que sube a Fredes, un puerto que da gusto.


El Convento de Benifassá ahora va quedando abajo... y lo que me queda por subir!


Divertidas curvas, aunque más los son en bajada, jejeje. Pero subiendo también están bien, lástima que no bajaré por aquí.


Aislamiento en esta zona de Castellón.


El Mediterraneo pone una nota de sosiego al largo ascenso. Estoy en la cima y me he ganado unos momentos relajantes como éste.


Bajo hasta el pueblo de Fredes.


Y ahora no bajaré por aquí, por donde subí, sinó que lo haré por la vertiente de El Boixar.


El Maestrazgo me entrega su carta de presentación.





Una zona muy árida salpicada por pequeñísimos pueblos.


Llegando a El Boixar por la nefasta carretera que hace soltar maldiciones hasta a los más puritanos.


El Boixar, una bonita postal.


Continúo por esta maldita carretera, que no acaba de decidirse si sube o baja.





Otro pueblo saluda mi presencia: Castell de Cabres. Con 18 habitantes, es el municipio menos poblado de la Comunidad Valenciana.


Dejo atrás tan poco receptivo lugar y voy a terminar de subir el Puerto de Torre Miró.


Tierras inhóspitas, no hay cultivos por aquí.


Corono el puerto y me voy a descender por el norte, buscando los Puertos de Beceite.


Abajo veo la larga recta que marca el fin del descenso más pronunciado.





Cruzando el Barranco Escalona a la vez que me dispongo a abandonar Castellón para entrar en Teruel.


Llegando a Herbés, aun en Castellón. Para tener 72 habitantes, tiene una magnífica zona deportiva.


Ya en Teruel, pedaleo bajo la atenta mirada de Peñarroya de Tastavins.


Me equivoco de carretera y subo hasta el pueblo. Bueno... conocer nunca está de más! Esto es Peñarroya de Tastavins.


Una vez de vuelta en la carretera correcta, voy avanzando rápidamente para pasar por Fuentespalda. Aquí decido que es hora de comerme uno de los 2 bocadillos que llevo amarrados al cuadro de la bici, así que me pongo a la labor. El otro, me lo guardo para la etapa de mañana.


Mientras mastico, me entretengo mirando a mi derecha a los Puertos de Beceite.


Llego sin darme cuenta a Valderrobres donde este schlecker abierto a mediodía me va genial para pillarme unas cocacolas, pués el bocadillo ha dejado sed.


Destaca el Castillo-palacio, monumento nacional. Aquí, visto desde el Rio Matarraña.


Muchos kilómetros tengo por delante, siempre flanqueado a mi derecha por la Reserva Nacional de Puertos de Beceite.


Paso por el pueblo de Arnés, justo al entrar de nuevo en Cataluña.





Zona algo más entretenida, con diferentes cultivos y una tarde de ensueño.








Camino de Prat de Comte, me encuentro con una fuerte bajada que me hace temer que luego vendrá un subidón.


El Macizo de El Port, gran forma de disfrutar sobre la bicicleta.


Efectivamente, el subidón vino. Cuando llego arriba le hago este pequeño homenaje a mi montura.


El penúltimo escollo del dia, el Coll de Bot.


Con sus espejitos en las curvas cerradas que le dan ese toque tan personal.


Abajo queda Prat de Comte. Enormes recuerdos, pues hace pocas semanas estuve durmiendo en su albergue con mi hijo cuando vinimos a hacer la Via Verde en MTB con alforjas.


En este punto del puerto decido llamar a Miguel (mikmik) pues es muy temprano y quizás quiera pasarse por Batea luego para tomar algo y vernos. Acepta, por lo que la motivación por llegar a meta es mayor.


En lo alto del Coll de Bot, la subida se hizo cortísima por esta vertiente.





Bajada divertida pero una carretera muy estrecha, hay que ir con cierta precaución en las curvas.


Pronto tengo a la vista el pueblo de Bot, que marca el final del descenso.


Tras las zonas tan áridas de Castellón, pedalear por aquí es todo un placer.


La carretera pasa por un pequeño túnel bajo la Via Verde, y vuelvo a recordar cuando estaba por aquí con el peque y los buenos tragos de agua que nos pegamos en la fuente que hay junto a la Via Verde.


Paso por Bot y busco sin encontrar una fuente. Un lugareño me indica su situación, justo detrás de un coche aparcado. Ala, a beber de nuevo!


Es tan pronto que en vez de ir directo de Bot a Batea daré un rodeo pasando por Gandesa. Y es que estoy disfrutando mucho hoy!


El ayuntamiento de Gandesa, capital de la comarca de la Terra Alta.


La última dificultad del dia es el Coll del Moro, por carretera nacional. Una nadería... pero con 220 kms encima y la maletita a cuestas acumula cansancio.


Llego al albergue a eso de las 18.30 de la tarde. No tarda en aparecer la guarda encargada del albergue. Me abre, me pone el agua caliente, me da sábanas y pasamos cuentas. 15€ es el precio por pasar una noche calentito y con cocina a mi disposición. Estoy sólo, como las 2 veces anteriores que he venido.


Se va la chica y aun no me da tiempo a ducharme que llega Miguel. Nos vamos a un SUMA que hay en la esquina y compro la cena y algo para picar mientras charlamos. Volvemos al albergue y entre refrescos y pastas vamos hablando, más que nada de cosas de ciclismo, claro, jejeje. Ni me doy cuenta y ya se tiene que ir, le esperan 20 kilómetros hasta Nonaspe y ya anocheció. Nos hacemos la foto de recuerdo.


Una vez me quedo sólo, tranquilamente me ducho, preparo la cama y me voy a la cocina, dispuesto a pegarme un festín con todo lo que compré. Raviolis, canelones para 2, pan de cereales, un brick de zumo de frutas y dos bandejas de pastas de chocolate para el desayuno de mañana.


Los raviolis entran en dos minutos, y luego ya con más calma, y mientras repaso los mapas de mañana, ataco la bandeja de canelones.


Termino de cenar, pongo la calefacción para estar calentito y me voy a la habitación. Toda para mi!


Son las 9 de la noche y ya me dispongo a dormir. Ha sido una etapa larga pero no excesivamente dura. Mañana, me espera una etapa igual de larga pero con más dureza, por lo que un buen reposo es imprescindible. El despertador a las 5.15 de la mañana me garantiza mis buenas 8 horas de descanso. Han de ser suficientes.

.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Seguidores

Archivo del blog

Contador de visitas