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sábado, 9 de abril de 2011

Ruta alforjera del deshielo 3: Sant Joan de les Abadesses - La Seo d´Urgell


Tras pasar una mala noche, debido al gran cansancio acumulado y, sobre todo, al dolor que producen las quemaduras del sol, me levanto a las 5 de la mañana. El albergue tiene un sereno durante la noche, y a las 5.15 ya me está preparando un buen desayuno, a base de zumo de naranja, pan con tomate y embutido y un gran bol de colacao con cereales. Ayer quedé tan vacio que, a pesar de haber cenado bien, a estas horas vuelvo a tener hambre.

Me pongo en marcha a las 6 de la mañana. El puente viejo, de origen medieval, con el perfil típico lomo de asno.


En la Collada de Sentigosa paro a coger agua, y es que el bocadillo de embutido del desayuno empieza a causar efecto.


Noto los primeros rayos de sol sobre mi piel mientras desciendo el Coll de Canes por el valle de Vallfogona.


Atravieso Ripoll y ya empieza, a la salida de la ciudad, la larga subida a Castellar de N´Hug. Primero voy subiendo un tramo del Coll de Merolla, acercándome a Gombrén.


Paso por Gombrén, donde otra fuente a pie de carretera me proporcionará el líquido elemento.


Poco después de Gombrén, dejo la carretera del Coll de Merolla para tomar una pista que me dejará en Castellar de N´Hug. El primer kilómetro y medio es lo más duro de toda la ascensión.


El Castell de Mataplana, o lo poco que queda de él.


Encuentro compañía en esta subida. Van por enmedio, pero dándoles unas voces no tardan en apartarse y dejarme pasar.


Paso bajo las Roques de l´Espluga.


Ahora la subida ya es mucho más llevadera, cosa de agradecer.


Coronamos un alto, el Coll del Pla de l´Espluga, y viene una buena bajada pasando por este túnel.


Luego reemprende la subida, ya empezamos a tener buenas vistas desde aquí.


Llegando a Castellar de N´Hug, tierra rojiza tan típica de esta zona.


Veo el valle del Llobregat por donde voy a descender en breve.


Castellar de N´Hug, fin de la subida.


La bajada hasta la Pobla de Lillet tiene tramos abiertos que contrastan con estos otros tan escarpados.


Estoy a punto de entrar en la Pobla de Lillet. Antes, en la gasolinera que hay al entrar, paro para repostar cocacolas y pastas.


La Pobla de Lillet y el rio Llobregat.


En el suave y rectilineo descenso hasta Guardiola de Berguedá, aprovecho para ir comiendo y bebiendome las cocacolas, recargando azucar para el bicho, que viene Coll de Pal!


En Bagá, paro en un banco de estos para quitarme la ropa larga y me quedo con el culotte corto y el maillot fino de manga larga. Hoy no se me ocurrirá arremangarme, pardiez! La ropa que me he sacado, al zurrón y a la espalda. Lo bueno que tiene esta ropa de hoy en dia es que abriga mucho y pesa poco, por lo que llevar el zurrón no me supone engorro alguno y me evito tener que montar alforjas con la consiguiente penalización de peso.


Salgo de Bagá en la carretera que me ha de llevar a Coll de Pal. Los primeros kilómetros son de tanteo, no sube demasiado.


Si yo subo al 7%, este lo tiene peor, jeje. Ten cuidao, no caigas...


En estos kilómetros iniciales vamos "jugando" con la autovía que va al túnel del Cadí. Ahora la vemos alta, pero pronto quedará muuuuy abajo.


En esta vaguada, mientras pasamos sobre el Riu de l´Hospitalet, cambiamos de vertiente y termina el calvario que han sido estos 3 kilómetros últimos, lo más duro del puerto.


Paro en la Fuente de la Doble Onda, pero más que dos, caen chorros por todas partes. Te salpica, pero con el calor que pega da un gustín!


Se nota que hemos subido mucho, las vistas lo delatan.


Vamos viendo lo que hemos dejado atrás. Bajo esas rocas del fondo pasa el Túnel del Cadí.


Tras estas rocas, se esconden Guardiola de Berguedá y Bagá...


... ya asoma Guardiola...


... y aquí tenemos a las 2 poblaciones. Es el inicio del valle del Llobregat, que desembocará en el Mediterraneo en Barcelona.


El "Pas de la Devesa", la zona más impresionante de esta subida a Coll de Pal.


Guardiola, Bagá y nosotros que apenas llevamos algo más de la mitad de la subida.


A partir del km.12 y hasta el final, el asfalto es nuevo, es una maldita alfombra. Parece que ha perdido dureza el puerto con un rodar tan fino. Y bajando, anda que no se nota...no corres, vuelas! Ese trozito de carretera que se ve es más o menos la mitad del puerto.


Seguimos subiendo por una zona muy agradable, ya a bastante altitud el aire es fresquito y se agradece.


A la vista tenemos el Refugio de Coll de Pal. A partir de ahí quedarán algo más de 2 kms, siempre por terreno completamente desnudo.


Pasado el Refugio, el viento castiga con fuerza.


Poca nieve queda por aquí. Delante nuestro tenemos el pico más alto de la zona, el Puigllançada, de 2.409 metros.


Últimos metros de esta preciosa subida, uno de los que entra en el podium del territorio catalán, tanto en dureza como en belleza.


Esto es la cima. La carretera sigue un tramo más, dirección a La Molina en bajada, pero luego se convierte en pedregal.


Bajando, me encuentro el pelotón de los torpes. Menuda ventaja les he sacado, jeje.


Bajo hasta Guardiola, vuelvo a avituallarme en otra gasolinera y empiezo los aproximadamente 80 kilómetros que me separan de la Seo d´Urgell, atravesando toda la sierra del Cadí y sin disfrutar de una sola sombra, como se apreciará en todas las fotografías que vienen. Si ya tenía las piernas quemadas, esto será la guinda.


Al pasar por la ermita de Sant Juliá de Freixens, se me ocurre pedir un tercer milagro que hoy ya no se producirá. No habrá ninguna sombra más hasta el hotel.


En el alto de Maçaners, el Pedraforca. Sobran las palabras...


Entre Saldes y Gósol, el Coll de la Trapa. Vemos la vertiente de Saldes, la que acabo de subir.


Llego a Gósol, donde empezará el Coll de Jossa.


Algo más de 3 kms de puerto y ya estoy en la cima. Empiezo a tener hambre, pero no sed, pues en esta zona hay abundantes fuentes.


Por aquí bajo este precioso Coll de Josa, uno de mis favoritos en esta zona.


Josa de Cadí, población que da nombre al puerto.


Un paraje de mucha belleza.


Cornellana, al final de una subida que quizás no sea muy pronunciada, pero con el castigo del sol y el hambre que me va debilitando se me hizo un calvario.


En pleno Parque Natural del Cadí, me dirijo al siguiente pueblo, a Fornols. Ahí busco algún sitio donde poder comer algo, pero nada. Cada vez estoy más débil y solo hago que beber agua que no tardo en sudar y perder más sales. El último puerto, el Coll de la Trava, se me hace eterno.


Con gran esfuerzo, corono este último Coll de la Trava o Coll de Laguén en los mapas. Hay un mirador pero hoy la visibilidad no es demasiado buena.


Bajando, paso por las 4 casas que conforman El Ges mientras la poca nieve que queda se deshace rápidamente.


Cada vez tengo más cerca el fondo del valle, en una bajada pestosa donde parece que la bici se te vaya a desmontar.


Por fin, llego a Seo d´Urgell, cuando aun no son las 7 de la tarde.


Voy a buscar el hotelito y me sale en recepción una rusa que no habla español...bien! Vocea y viene su hija, que sí que lo habla, por suerte. Me dicen que la cena será a partir de las 20.30, y le digo si me puede preparar un bocadillo ahora mismo. Estoy desmayao!

A las 19.15 estoy comiéndome 2 enormes rebanadas de pan con tomate, queso y jamón con un ansia que casi me muerdo los dedos. Una ducha, hacer un poco de tiempo y a cenar.

A las 21.30 estoy durmiendo como un angelito, más de 8 horas del tirón. Mañana, en la última etapa, más corta y con perfil descendente, me voy a dar un homenaje!


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